Las calles de Marruecos arden desde hace cinco días con protestas violentas convocadas y organizadas principalmente por un movimiento digital llamado GenZ212, que emerge como la voz política de la juventud urbana y conectada del país.
Este grupo, sin liderazgo visible, funciona a través de la plataforma Discord, donde coordina puntos de reunión y movilización que involucran principalmente a jóvenes diplomados y activos en redes sociales. Mientras las instituciones oficiales permanecen en silencio, la tensión crece en ciudades como Salé, Oujda y Agadir.
En Leqliâa, en la región de Agadir, la situación alcanzó un punto crítico cuando dos jóvenes murieron tras recibir disparos de la Gendarmería Real. El incidente ocurrió durante un intento de intrusión en una unidad policial local, según imágenes y videos, que circulan sin confirmación plena y han confundido aún más a la opinión pública.
Las protestas combinan enfrentamientos entre manifestantes, supuestos vándalos y fuerzas del orden, con el impacto añadido de la circulación masiva de videos —algunos auténticos, otros posiblemente manipulados— que fomentan la desinformación y la escalada de violencia.
GenZ212 representa un fenómeno novedoso en Marruecos: un movimiento político digital sin un rostro visible que permite a la juventud expresarse y organizarse desde la virtualidad, desafiando las vías tradicionales y dejando en claro una desconexión entre la generación joven y las estructuras políticas establecidas.
Hasta ahora, el gobierno marroquí no ha emitido declaraciones oficiales sobre las causas profundas de las manifestaciones ni sobre las muertes ocurridas, mientras la incertidumbre pinta un panorama volátil para los próximos días.
Con cientos de jóvenes activos y congregándose en varios puntos clave —informados a través de la red GenZ212—, la pregunta que queda abierta es cómo evolucionará esta ola de protestas y si derivará en un cambio social o un endurecimiento de la represión.
Las autoridades mantienen un fuerte despliegue policial y buscan controlar la circulación de información en redes, aunque la estrategia ha dado pie a una mayor radicalización y un uso más sofisticado de las plataformas digitales para la organización.
