El pôle cold cases del tribunal de Nanterre lanzó esta semana un nuevo llamado a testigos por la desaparición sin resolver de Tatiana Andujar, adolescente de 17 años que desapareció el 24 de septiembre de 1995 en las inmediaciones de la estación de tren de Perpignan.
Tatiana viajaba ese día de regreso a casa tras pasar el fin de semana en Toulouse con amigos. En el tren conoció a un militar y un estudiante. Los tres llegaron a Perpignan a las 19:27 y, tras saludar a otro conocido, se dirigieron hacia las cabinas telefónicas frente a la estación. Desde ahí, el militar realizó al menos una llamada.
Sobre las 19:45, el grupo se separó. Mientras los dos hombres se alejaron, Tatiana decidió volver a pie o hacer autoestop hasta Llupia, donde vivían sus padres, a unos 15 kilómetros de Perpignan. No se supo más de ella desde entonces.
La joven llevaba ropa negra y un bolso azul turquesa. Sabía que pudo hacer llamadas telefónicas en el área gracias a una tarjeta que poseía, una pista que las autoridades esperan que alguien pueda completar al aportar nuevos datos.
Este caso se enmarca en un contexto inquietante: entre 1995 y 2001, varias jóvenes desaparecieron en la zona de la estación de Perpignan. Algunas aparecieron asesinadas y mutiladas. Jacques Rançon, apodado “el asesino de la estación de Perpignan”, fue condenado a cadena perpetua por tres crímenes, pero estaba en prisión por otra violación en la fecha de la desaparición de Tatiana, por lo que no ha sido implicado en este caso.
La gendarmería y el pôle instruction insisten en que cualquier persona que haya visto a Tatiana el 24 de septiembre de 1995 o tenga información relevante, contacte directamente con los investigadores a través del correo [email protected]. También se difundió una fotografía en blanco y negro para facilitar la identificación.
Las autoridades apelan a la memoria colectiva para resolver un caso que ya lleva 30 años sin respuesta, con la esperanza de cerrar un capítulo doloroso para la familia y las víctimas de la zona.
