Las punteras de madera, inofensivas para el ser humano pero muy molestas en jardines, se alimentan de verduras, frutas y flores, dañando cultivos caseros en Francia. Para evitar su proliferación sin recurrir a pesticidas ni matar los insectos, expertos recomiendan varios métodos naturales.
El ajo es un repelente eficaz. Se debe preparar una decocción con dos litros de agua y ajo fresco machacado, hervidos 15 minutos. Después, se deja infusionar toda la noche y se aplica el líquido filtrado sobre las plantas vulnerables mediante pulverizador.
La menta, en forma de aceite esencial, ofrece una opción rápida y potente. Basta con añadir unas 20 gotas de aceite en agua hirviendo, dejar enfriar y rociar sobre las hojas atacadas por las punteras. Ambos remedios actúan también cuando los insectos buscan calor en las casas, especialmente durante el invierno.
Otras plantas claves para proteger el jardín
La nepeta —también conocida como hierba gatera— no solo atrae a los gatos, sino que repele con eficacia a las punteras. Plantar nepeta en bordes del huerto, entre hileras o cerca de flores reduce la presencia de estos insectos, protegiendo cultivos sin uso de químicos.
La absenta es un repelente natural que puede usarse en decocción o preparado como purín fermentado. Para el purín, se maceran 100 gramos de absenta seca en 10 litros de agua por 10 días, mezclando diariamente, hasta que dejan de formarse burbujas. Luego se filtra y diluye al 10% para pulverizar las plantas afectadas.
Estas técnicas no solo expulsan las punteras, sino que también combaten otros insectos dañinos como babosas, polillas y pulgones, ofreciendo una solución ecológica para el jardín.
Por último, si alguna puntera se cuela dentro del hogar, no se recomienda usar insecticidas. Es mejor capturarlas con una hoja o pala y liberarlas en el exterior, evitando así la desagradable liberación de su olor fétido característico cuando se sienten amenazadas.
Con estos métodos, cualquiera puede mantener su jardín libre de punteras sin recurrir a químicos ni provocar daños en los insectos, respetando así el equilibrio natural y evitando olores desagradables.
						
									

































