Un audaz robo de joyas “inestimables” sacudió el Louvre este domingo 19 de octubre, dejando en evidencia graves fallas en la seguridad del museo más visitado del mundo. El incidente ha vuelto a poner en el foco las alertas previas lanzadas por los sindicatos que denunciaron recortes presupuestarios que afectan directamente a la protección del patrimonio.
Émilie Muller, representante sindical de SUD Culture Solidaires y agente en el Louvre, declaró en BFMTV que el personal ha sufrido una “priorización errónea” en los últimos años. “Los presupuestos fueron dirigidos hacia eventos y exposiciones espectaculares, pero esta asignación se hizo a costa de la supervisión y seguridad, que no ha recibido recursos suficientes ni personal adecuado”, afirmó.
Las advertencias para reforzar la seguridad no son nuevas. En junio, agentes del museo protagonizaron una huelga que obligó a cerrar parcialmente el Louvre durante varias horas, denunciando carencias en el personal y condiciones de trabajo que ponen en riesgo tanto al patrimonio como al público. “Sabíamos que estábamos en riesgo”, ratificó Muller.
Ian Brossat, senador comunista y miembro del Ayuntamiento de París, criticó la gestión ministerial en la red social X, señalando que las alertas de trabajadores no fueron consideradas a tiempo. “¿Por qué no se atendieron los avisos antes del robo?”, cuestionó.
Emmanuel Macron se pronunció sobre el incidente calificándolo como “un ataque a un patrimonio que todos valoramos”. El presidente aseguró que las joyas serán recuperadas y los responsables juzgados con rigor.
El robo, calificado ya como “el golpe del siglo” en el mundo del arte, desnuda las vulnerabilidades en la tutela de uno de los tesoros culturales más importantes de Francia y del mundo. La investigación está en marcha, mientras el debate sobre las prioridades en el financiamiento de seguridad vuelve a encenderse con fuerza.
