Ucrania acusó a Rusia este domingo de lanzar una nueva y masiva ofensiva nocturna con cientos de drones y misiles que causó al menos 4 muertos y alrededor de una decena de heridos. La ola de ataques alcanzó principalmente Kiev y la ciudad de Zaporijjia, en el sureste.
El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiga, denunció en X que Rusia atacó mientras la población dormía, destruyendo edificios residenciales y causando víctimas civiles. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que seis personas resultaron heridas, cinco de ellas hospitalizadas.
En la capital, el jefe de la administración militar, Timour Tkatchenko, confirmó que entre las víctimas fatales está una niña de 12 años. La región de Zaporijjia fue atacada al menos cuatro veces según el gobernador local, Ivan Fedorov, quien reportó cuatro heridos.
Kiev acusa además a Moscú de haber cortado el suministro eléctrico a la central nuclear de Energodar, la mayor de Europa, para intentar conectarla a la red rusa, situación que aumenta el riesgo de un desastre. La instalación está bajo control ruso desde marzo de 2022.
Andriy Yermak, jefe de la administración presidencial, calificó los ataques como una “guerra contra los civiles” y advirtió que Europa debe intensificar las sanciones económicas contra Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que durante la noche derribó 41 drones ucranianos y negó responsabilidad en incursiones en espacio aéreo de OTAN, pese a que Polonia ya movilizó su aviación preventiva tras detectar drones rusos en su territorio. Estonia también reportó movimientos de aviones rusos de combate.
El ataque ruso coincide con el acercamiento de Ucrania a occidente: Kiev recibió esta semana su primer sistema antiaéreo Patriot de fabricación estadounidense, donado por Israel. El presidente Volodymyr Zelensky confirmó que este sistema ya está operativo en el país y que llegarán dos unidades más en otoño.
Estas tensiones se dan justo antes de las elecciones legislativas en Moldavia, país vecino de Ucrania que debe decidir entre un futuro europeo o un alineamiento con Moscú.
En semanas recientes, varios países europeos han denunciado violaciones de su espacio aéreo por drones y aviones de Rusia, consideradas por la OTAN como pruebas de fuerza. Moscú niega toda intención agresiva contra miembros de la Alianza Atlántica.
Desde Nueva York, el ministro ruso Serguéi Lavrov advirtió que cualquier intento de derribar sus aparatos en su espacio aéreo tendrá “consecuencias serias”.
