La fábrica de Saarstahl Rail en Hayange (Mosela) acaba de cerrar un contrato clave con Deutsche Bahn para suministrar alrededor de 1.000 toneladas de rieles, equivalentes a 22 kilómetros de vía férrea. Este acuerdo piloto es una señal clara de la apuesta del gestor alemán por los materiales de construcción sostenibles.
Mientras Saarstahl celebra el contrato multimillonario firmado en enero con SNCF Réseau, la presidenta de Saarstahl Rail, Nadine Artelt, expresaba su deseo de entrar en el mercado alemán. Tras varios años sirviendo a Francia, Austria, Suiza e Italia, la empresa finalmente convence a Deutsche Bahn.
La filial DB InfraGO, encargada de la infraestructura ferroviaria y con un volumen de negocios de 8.100 millones de euros, firmó con Saarstahl Rail, parte del grupo alemán SHS (6.400 empleados, 3.4 mil millones EUR en ventas), un contrato para la entrega de estos rieles en 2025. La producción total prevista en Hayange para ese año debe alcanzar 400.000 toneladas, un salto desde las 330.000 en 2024.
Philipp Nagl, presidente de DB InfraGO, subrayó que este “proyecto piloto demuestra que la construcción sostenible puede ir de la mano con la creación de valor local”. La ventaja principal es el uso de acero producido con un proceso eléctrico que reduce un 70 % las emisiones de CO2 respecto a los métodos tradicionales de alto horno.
El acero proviene de Saarstahl Ascoval en el norte de Francia, que produce lingotes usando principalmente chatarra y rieles reciclados, eliminando así la necesidad de carbón y mineral de hierro. Este método marcadamente más ecológico refuerza la huella sostenible de los rieles que ahora Deutsche Bahn incorpora en su red.
Jonathan Weber, directivo responsable de transformación en Saarstahl, calificó la operación como una “señal fuerte” hacia una transición a la movilidad sostenible en el sector ferroviario europeo. Deutsche Bahn, que se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono para 2040, busca productos con bajas emisiones para mitigar las indirectas (scope 3) vinculadas a sus actividades de construcción.
Este nuevo contrato con Saarstahl no solo abre un mercado estratégico dentro de Alemania para la fábrica en Mosela, sino que también refuerza la tendencia hacia el “acero verde” para infraestructuras ferroviarias modernas y responsables con el clima.


































