Sébastien Lecornu asume oficialmente como nuevo primer ministro de Francia con la tarea inmediata de formar un nuevo gobierno en Matignon. Sin embargo, la oposición ya golpea fuerte. Cuatro fuerzas políticas clave han anunciado que presentarán una moción de censura en su contra.
El Rassemblement National (RN), La France Insoumise (LFI), el Partido Comunista Francés y los Ecologistas fueron claros y rápidos en calificar la designación sin dar tregua política. Aleksandar Nikolic, portavoz del RN, denunció un “falta total de visión” y criticó que “no se sabe nada, no hay dirección” en el futuro inmediato.
Por otra parte, las formaciones de centro-derecha Les Républicains y UDI descartaron cualquier colaboración en el futuro gabinete. La postura fragmenta aún más el panorama político y crea un escenario complicado para Lecornu, que busca estabilidad tras una ronda intensa de negociaciones con el presidente.
El anuncio se produce en un contexto de alta tensión y desafíos sociales que exigen respuestas claras. La urgencia de Lecornu por conformar un equipo de ministros capaz de responder a la crisis se choca con la fragmentación y el rechazo frontal desde varios frentes.
El nuevo primer ministro intenta avanzar rápido, pero la amenaza de censura inmediata y la falta de apoyo parlamentario parecen marcar el inicio de un mandato difícil en la calle y en la Asamblea.
