Sébastien Lecornu anunció su renuncia como Primer Ministro de Francia, alegando que “las condiciones ya no estaban reunidas” para seguir gobernando. En un breve discurso en la puerta de Matignon, Lecornu explicó que la falta de voluntad de la oposición para hacer concesiones bloqueó la acción del Ejecutivo.
Lecornu destacó que la decisión de renunciar llegó tras la retirada del uso del polémico artículo 49.3 de la Constitución, que permite al Gobierno saltarse el Parlamento para aprobar leyes. Sin embargo, esta táctica tampoco logró cambiar la dinámica política ni generar “el choque necesario para hacer las cosas de otro modo”.
El todavía Primer Ministro expresó que los partidos políticos mantienen posturas rígidas, actuando “como si todos tuvieran la mayoría absoluta”, y acusó que la composición del Gobierno reavivó “apetitos partidistas” que dificultan el diálogo.
Su renuncia fue aceptada de inmediato por Emmanuel Macron, dejando en incertidumbre la formación de un nuevo Ejecutivo en un momento de alta tensión política para la presidencia y el país.
La crisis política sigue sin resolverse tras semanas convulsas donde la mayoría parlamentaria se ha debilitado, complicando la gestión de la agenda del Gobierno y la aprobación de reformas clave. El rechazo de la oposición a colaborar abre un vacío político que Macron debe llenar rápido para evitar la parálisis.
Más detalles sobre el futuro del poder ejecutivo en Francia se esperan en las próximas horas, con múltiples opciones sobre la mesa para relevar a Lecornu y buscar una salida a la parálisis legislativa.
