En Burkina Faso, tres magistrados y dos periodistas han sido secuestrados en los últimos días en la capital, Ouagadougou, en un clima creciente de represión bajo el régimen militar del capitán Ibrahim Traoré.
El 13 de octubre, Ousséni Ilboudo, director de redacción del diario L’Observateur Paalga, fue detenido por supuestos agentes de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANR) justo antes de comenzar una reunión editorial. Testigos revelaron que hombres en civil lo subieron a una furgoneta y desde entonces se desconoce su paradero.
Pocas horas antes, Michel Nana, subdirector de redacción del periódico privado Le Pays, fue también secuestrado por individuos que se cree pertenecen a la misma agencia. Fuentes cercanas están investigando su ubicación y motivos de la detención.
Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras han condenado los hechos y exigieron la liberación inmediata de los periodistas. Sadibou Marong, director para África subsahariana de RSF, alertó que “el régimen militar no muestra límites y continúa minando la libertad de prensa”.
En paralelo, al menos tres magistrados están desaparecidos o fueron secuestrados con hechos ligados directamente a la justicia: Urbain Méda y Benoît Zoungrana fueron arrestados los días 10 y 12 de octubre, mientras que Seydou Sanou ha estado desaparecido desde el sábado anterior, según fuentes judiciales.
Desde septiembre de 2022, tras el golpe de Estado que llevó a Ibrahim Traoré al poder, se han detenido a decenas de oficiales militares, entre ellos el exjefe del Estado Mayor de la gendarmería, Evrard Somda, acusados de complot y de intentar desestabilizar el régimen.
El gobierno militar justifica parte de estos arrestos en la necesidad de enfrentar a grupos yihadistas que operan en el país, pero la comunidad internacional observa con preocupación una política creciente de represión contra voces críticas y opositores civiles.
Este último episodio golpea el corazón mismo de la libertad de expresión y de la justicia en Burkina Faso, donde el destino de estas cinco personas aún se desconoce y genera alarma dentro y fuera del país.
Las autoridades del régimen no han emitido comunicados oficiales sobre estos incidentes, y las búsquedas continúan sin avances públicos. Burkina Faso sigue sumido en una crisis política y de seguridad que se agrava día a día.
