La policía británica ha detenido e interroga a seis personas sospechosas de preparar e incitar actos terroristas, dos días después del ataque mortal en una sinagoga en Manchester.
El ataque, ocurrido el jueves durante la fiesta judía de Yom Kippur, dejó dos fieles muertos y tres heridos graves. El agresor, Jihad Al-Shamie, un británico de origen sirio de 35 años, embistió con su coche a las personas frente al templo, luego salió del vehículo y atacó con un cuchillo. Fue abatido por la policía en el lugar.
La policía antiterrorista apunta a una posible influencia de ideología islamista radical, aunque Al-Shamie no estaba fichado por extremismo. Estaba en libertad condicional tras cargos por violación recientes.
Los fallecidos son Melvin Cravitz y Adrian Daulby, este último murió por un disparo policial durante el operativo para neutralizar al agresor, según la oficina independiente de control policial tras la autopsia. Tres hombres siguen hospitalizados, uno también con heridas de bala.
En Manchester, donde reside una de las comunidades judías más grandes de Reino Unido, las fuerzas del orden reforzaron su presencia en lugares de culto y espacios comunitarios para evitar nuevos incidentes.
Mientras tanto, el gobierno británico pide evitar manifestaciones tras el ataque: el primer ministro Keir Starmer instó en redes a respetar el duelo de la comunidad judía y no agravar tensiones.
A pesar de ello, hoy hay convocatorias pro palestinas, incluyendo un mitin en Trafalgar Square organizado por la asociación Defend Our Juries, clasificada como “terrorista” por Londres. Sus portavoces sostienen que suspender la protesta supondría una confusión entre las acciones del Estado de Israel y la comunidad judía mundial.
Este atentado es uno de los más graves contra judíos en Europa desde el ataque del Hamas el 7 de octubre de 2023 en Israel, que desató el conflicto en Gaza. Reino Unido, al igual que otros países europeos, registra un aumento preocupante de actos antisemitas e islamófobos desde hace dos años.
La familia del agresor condenó el ataque en redes sociales, calificándolo de un acto “odioso” contra civiles inocentes.
