Senegal avanza en su estrategia de soberanía económica con renovados llamados a inversores internacionales. Bakary Séga Bathily, director general de Apix, destacó que la apertura del país sigue intacta pese a la postura firme sobre renegociación de contratos y auditorías de las finanzas públicas.
Tras la participación de Bassirou Diomaye Faye en la Conferencia Internacional de Tokio para el Desarrollo de África (TICAD) y su intervención en la Rencontre des Entrepreneurs de France (Medef), Senegal refuerza su mensaje: no es nacionalismo, sino una soberanía económica ajustada a la realidad local.
“El soberanismo a la senegalesa no es nacionalismo”, aseguró Bathily, defendiendo la posición de figuras como Diomaye y el líder político Ousmane Sonko. Añadió que estas acciones buscan transparencia y condiciones justas en los contratos con extranjeros.
El gobierno senegalés busca renegociar acuerdos y auditar las finanzas públicas para evitar desequilibrios que han afectado al país en años recientes. Esto ha generado inquietud entre inversores, pero Apix insiste en que el país sigue abierto al capital extranjero siempre que se respeten los intereses nacionales.
El paso por Tokio y la reunión en París reflejan también un doble objetivo: atraer fondos y dar señales claras de estabilidad económica. Senegal combina firmeza con un discurso conciliador ante aliados y prestamistas.
En un contexto global marcado por tensiones comerciales y reajustes en África, la estrategia senegalesa busca garantizar que el crecimiento local no dependa exclusivamente de capitales externos en condiciones desfavorables.
La comunidad internacional observa mientras Senegal redefine su modelo de desarrollo con un equilibrio delicado entre soberanía y globalización.
