Más de un año después de que el gobierno senegalés revelara un escándalo de deuda oculta, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguen sin avances concretos.
El presidente senegalés Bassirou Diomaye Faye lanzó un claro llamado de atención esta semana en Nueva York, durante las asambleas de la ONU. En una entrevista con France 24, Faye expresó su frustración por la lentitud en cerrar un acuerdo con el FMI, indispensable para estabilizar las finanzas del país.
El origen del conflicto es la publicación, en septiembre de 2024, de un informe de auditoría que reveló una subestimación significativa de la deuda pública en los años anteriores. La deuda “oculta” fue detectada por el nuevo ejecutivo Faye – Sonko, lo que colocó al país en una posición financiera vulnerable frente a sus acreedores internacionales.
Durante el encuentro de empresarios franceses en París, el REF 2025, organizado por MEDEF, Faye pidió mayor comprensión hacia Senegal de parte de la comunidad internacional, pero dejó claro que no cederá ante presiones sin garantías claras para el país. Las negociaciones actuales con el FMI parecen no reflejar esa urgencia.
La falta de un acuerdo afecta directamente la economía senegalesa y genera incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para manejar sus compromisos financieros. Desde París hasta Nueva York, el tema de la deuda oculta domina la agenda diplomática senegalesa, sin visos de solución inmediata.
Hasta ahora, ni el FMI ni el gobierno de Senegal han divulgado detalles concretos de las propuestas en discusión. Solo se sabe que el diálogo continúa bloqueado, y que el presidente Faye podría endurecer su postura si no observa progresos en las próximas semanas.
La situación mantiene en vilo a inversionistas y socios internacionales, que temen un impacto en la estabilidad económica de la región. Senegal enfrenta una importante prueba en su relación con el FMI mientras busca evitar un deterioro mayor de sus cuentas públicas.
