Este miércoles los principales sindicatos franceses se reunieron con el Primer Ministro Sébastien Lecornu tras plantear un ultimátum que puso presión al gobierno.
A la salida del encuentro, los líderes sindicales expresaron insatisfacción total. No lograron un compromiso ni respuestas claras sobre sus demandas, lo que los llevó a convocar una nueva jornada de movilización para el próximo 2 de octubre.
“No recibimos ninguna respuesta clara que garantice avances reales en nuestras reclamaciones”, afirmaron altos representantes sindicales.
La tensión social en Francia crece a medida que se acercan las fechas clave. El rechazo a las propuestas del gobierno es firme y los sindicatos preparan un paro general que podría bloquear sectores estratégicos.
El ministro Lecornu mantuvo una posición prudente, insistiendo en diálogo pero sin dar señales de flexibilizar la postura oficial sobre las reformas laborales en discusión.
El paro del 2 de octubre promete ser masivo, con convocatorias ya confirmadas en varias ciudades del país y advertencias sobre impacto en transporte, educación y servicios públicos.
La falta de acuerdo envía una señal clara: el conflicto laboral lejos de calmarse podría endurecerse en las próximas semanas.
