En una calle tranquila del distrito 10 de París, la nueva pastelería Songe se está haciendo un nombre desde su apertura en mayo de 2025. Menos de cinco minutos a pie desde el metro Goncourt y a 10 de Belleville, Adrien, exingeniero químico y ahora pastelero, trae a la ciudad una propuesta innovadora que mezcla sabores internacionales con técnica francesa.
Adrien dejó su carrera en química tras la crisis del Covid y completó un CAP en pastelería en la Escuela Ferrandi. Pasó por las cocinas de Ducasse y Mariage Frères antes de lanzar Songe, con la idea clara de ofrecer una experiencia diferente: pocos productos, alta calidad y sabores que transportan al cliente a Japón, Líbano o Filipinas.
El escaparate muestra solo nueve especialidades, pero cada una con ingredientes y técnicas únicas. La tarte Amiha destaca con su crema de coco, mango Kalamansi y ganache al ube, típico de Filipinas. Para los amantes del Japón, el chou Paris-Kyushu combina pâte à choux con hojicha y praliné de avellanas. El entremet libanés mezcla pistachos, flor de azahar y granada en una composición rica en texturas y aromas.
También hay propuestas intensas para los fanáticos del cacao. La tarte Theobroma juega con pátas de cacao venezolano 65 %, crema de almendra de cacao y cáscara caramelizada para un toque crujiente. Para un perfil más ácido, la tarte Hespéride ofrece crema de limón confitado y merengue italiano.
Songe apuesta por crear una experiencia pequeña pero intensa, lejos de la oferta masiva habitual, en una calle que empieza a renovarse culturalmente con la llegada de la Maison des Mondes Africains al lado. Adrien quiere llevar el paladar de París a un tour global sin salir de la ciudad.
Para los gourmets que buscan nuevas rutas en pastelería, esta es una parada obligada en el 10º distrito. Songe demuestra que la reinvención puede nacer en las esquinas más discretas de París y que la innovación también pasa por respetar los orígenes y ofrecer calidad.
