Tanzania mantiene el toque de queda y confinamiento luego de violentas protestas que estallaron tras las elecciones del 29 de octubre, principalmente en Dar es-Salaam, la ciudad más poblada del país con hasta ocho millones de habitantes. Policías y soldados patrullan las calles mientras el gobierno intenta contener el descontento social.
Los enfrentamientos comenzaron cuando manifestantes atacaron varios puestos de votación e incendiaron un puesto policial en Dar es-Salaam. Una fuente diplomática citada indica que más de treinta personas podrían haber muerto durante los disturbios, aunque esta cifra no ha sido confirmada oficialmente. La atmósfera sigue tensa incluso con el toque de queda impuesto y el aumento de la seguridad.
La presidenta Samia Suluhu Hassan, que enfrenta oposición interna en las fuerzas armadas y de aliados de su predecesor, ve su futuro político incierto. Jacob Mkunda, jefe del ejército, condenó a los manifestantes como “criminales” y pidió calma a la población asegurando que las fuerzas de defensa mantienen el control.
Los medios locales, estrictamente controlados, han emitido escasas actualizaciones desde la mañana del miércoles y la televisión nacional solo distribuyó resultados parciales que favorecen ampliamente a la presidenta. En Zanzibar, donde también se celebraron elecciones, el presidente saliente Hussein Mwinyi ganó con casi el 75% de los votos en un proceso menos conflictivo.
La oposición presentó denuncias de irregularidades electorales y violencia previa a la votación. Chadema, principal partido de oposición, fue descalificado y convocó al boicot. Su líder, Tundu Lissu, detenido desde abril y acusado de traición con riesgo de pena capital, no pudo participar. Otro candidato opositor, Luhaga Mpina, fue eliminado por motivos formales.
Amnesty International denunció una “ola de terror” marcada por desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales antes de los comicios. Documentaron al menos dos muertes confirmadas en videos y fotos en redes sociales. Chadema informa de al menos cuatro fallecidos.
El bloqueo parcial de internet y restricciones en llamadas internacionales fueron levantados ayer por la tarde, pero la represión y el silencio mediático continúan en Dar es-Salaam y otras ciudades como Songwe y Arusha.
La crisis afecta también el turismo: decenas de viajeros permanecen varados en los aeropuertos de Zanzibar y Kilimandjaro sin acceso a pagos electrónicos ni vuelos salientes. Una turista sudafricana describió la situación como “la cosa más aterradora que he vivido.”
Los resultados finales se esperan en los próximos dos días, pero la tensión y la incertidumbre siguen dominando la escena política y social tanzana.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				