Tahir Hamid Nguilin, ministro de Finanzas y Economía de Tchad desde 2019, anunció esta semana que el país está listo para atraer inversiones privadas en sectores clave como energía, minería y digital. Tras concluir la etapa política de su transición, el gobierno quiere impulsar el desarrollo económico y superar los desafíos que frenaban el crecimiento.
En entrevista, Nguilin dejó claro que la paz ya está garantizada. “El Tchad en ha terminado con la parte política de la transición. Ahora debemos avanzar hacia el desarrollo y destacar nuestros recursos”, afirmó. La estrategia es cerrar filas con el sector privado para acelerar la electrificación, modernizar la agricultura y expandir la economía digital.
Desde 2019, Nguilin ha acumulado los cargos de Finanzas, Presupuesto, Economía y Planificación con rango de ministro de Estado, fortaleciendo así su influencia en las políticas económicas del país. Su mensaje es claro: el Tchad busca atraer capitales, tecnología y expertise, sobre todo en sectores con potencial de exportación y creación de empleos.
La minería, otro sector crítico, está entre las prioridades para levantar nuevas explotaciones y aumentar la producción de recursos minerales. Además, el país quiere consolidar su infraestructura energética para garantizar acceso constante y económico a la electricidad, clave para el crecimiento industrial y tecnológico.
El ministro también subrayó el interés por promover la digitalización y el desarrollo tecnológico como motores del cambio. Considera esencial que el sector privado sea motor de innovación y desarrollo, impulsando startups y soluciones digitales que puedan atender tanto al mercado local como regional.
En resumen, el Tchad quiere dejar atrás la inestabilidad política y posicionarse como un destino viable para la inversión extranjera y local. Invita a empresas e inversores a aprovechar las oportunidades en energía renovable, minería y transformación digital en un mercado con estabilidad creciente.
Quedan por ver los detalles de las condiciones que ofrece el gobierno, pero el mensaje ya es nítido: Tchad está abierto y preparado para conectar con capitales privados que impulsen su economía.
