Tesla entregó casi 500,000 vehículos en el tercer trimestre de 2025, superando las cifras de 2024 y las previsiones de los analistas en casi un 10%. Sin embargo, aunque las ventas marcaron un nuevo récord, los beneficios de la compañía cayeron por debajo de lo esperado, provocando una caída del 3,2% en el precio de sus acciones el día de la publicación de resultados.
La principal razón de los menores beneficios son el aumento de costos y la reducción de los créditos regulatorios que habían impulsado las ganancias en trimestres anteriores. Entre junio y septiembre, Tesla enfrentó 400 millones de dólares en aranceles sobre piezas importadas, un golpe fuerte para las finanzas de la empresa que no favoreció a sus accionistas.
Elon Musk mantiene la apuesta en sectores futuristas, prometiendo un liderazgo en robots humanoides con el proyecto Optimus y avanzando en inteligencia artificial aplicada a la conducción autónoma y servicios de taxi sin conductor como el Cybercab. No obstante, el negocio automotriz sigue siendo el pilar de Tesla.
La compañía prepara el lanzamiento de nuevas versiones de los modelos Model 3 y Model Y adaptados a los mercados de Estados Unidos, Europa y China, para reforzar su presencia global. Además, Tesla parece acercarse a África, con anuncios de empleo en Marruecos que apuntan a una entrada comercial en el continente.
Por otro lado, la esperada segunda generación del deportivo eléctrico Roadster podría presentarse antes de fin de año en un evento que Elon Musk calificó de “épico”. También se rumorea que la futura Model 2 podría cambiar nuevamente el juego para Tesla, pero el impacto real está por verse en un mercado cada vez más competitivo y complejo.
En resumen, Tesla crece en volumen de ventas pero enfrenta un escenario complicado con márgenes ajustados por costos operativos y regulatorios. Los desafíos internos y externos ponen en duda si el fabricante podrá mantener el ritmo frenético de sus años dorados.


































