Tres hombres fueron detenidos en el norte de Francia, sospechosos de robar en al menos 30 iglesias durante los últimos cuatro meses. La serie de robos ha sido confirmada por la gendarmería, que incautó una gran cantidad de objetos religiosos recuperados en la última operación.
Los detenidos son dos hombres jóvenes de 28 y 34 años, señalados como los autores materiales, y un hombre de 73 años acusado de actuar como receptador. Los robos ocurrieron en cuatro departamentos diferentes, principalmente en iglesias abiertas y poco vigiladas, lo que facilitó los ataques.
El coronel Stéphane Aurousseau, comandante del grupo de gendarmes encargado, reveló que entre los objetos recuperados hay calices, ciborios, cofres para reliquias y una corona posiblemente arrancada de una estatua de la Virgen. Muchos de estos fueron robados para fundirse y vender el metal, mientras que otros se subastaban directamente a coleccionistas por miles de euros.
En un caso destacado en Bruyères-et-Montbérault, Aisne, un feligrés quedó impactado al descubrir la desaparición de elementos esenciales para la misa. “Cuando abrí el armario, vi que ya no quedaba ni el cáliz ni los dos copones. Esto realmente choca”, declaró.
Los robos en iglesias se han disparado un 30% en todo el país en los últimos tres años, pasando de 633 a 820 incidentes. La mayoría de las iglesias permanecen abiertas al público, lo que contribuye a que estos delitos sean recurrentes y relativamente sencillos para los ladrones.
Las investigaciones continúan para esclarecer si hay más cómplices y para tratar de recuperar otros objetos robados. Las fuerzas de seguridad insisten en la necesidad de mejorar la vigilancia y proteger estos bienes con valor no solo material, sino también espiritual y cultural.
