Gaza vive un giro diplomático clave a días del segundo aniversario del ataque del 7 de octubre de 2023. Hamas confirmó este domingo 5 de octubre su aceptación al plan de paz propuesto por Donald Trump, buscando un intercambio “inmediato” de rehenes y presos con Israel. Este avance podría abrir paso a negociaciones indirectas en Egipto entre ambas partes en conflicto.
La guerra que ha dejado casi 67,000 muertos en Gaza desde hace dos años parece entrar en una fase distinta. El movimiento islamista, que hasta ahora fue el centro del enfrentamiento, muestra interés en avanzar hacia un acuerdo, reconociendo su posición estratégica al convertirse en interlocutor clave de las negociaciones.
El análisis del profesor emérito de Sciences Po, Bernard Badie, señala que aunque existen obstáculos complejos, ambos bandos podrían tener una voluntad política “diferente pero concordante” para lograr un alto el fuego. Hamas ya no considera los rehenes una herramienta tan vital como en el pasado reciente, mientras Israel enfrenta crecientes presiones internacionales por el alto coste humano y político de la guerra.
“Después de dos años, la ofensiva militar no ha logrado liberar a los rehenes ni erradicar a Hamas, prolongarla solo traerá más dificultades para Tel Aviv”, dijo Badie.
Este punto evidencia la gran contradicción del conflicto: un movimiento que debía ser erradicado sigue vigente y ahora es indispensable para negociar. A pesar de la resistencia de Israel a flexibilizar su postura, el desgaste económico, político y de imagen en la comunidad internacional podría forzar cambios de estrategia.
Por otra parte, Hamas insiste en garantías concretas para evitar la reanudación inmediata de hostilidades una vez que se liberen los rehenes. El futuro próximo dependerá de la capacidad de ambas partes para mantener este diálogo y evitar un reinicio del conflicto que hasta ahora no ha encontrado solución mediante la violencia.
Este inesperado acercamiento se sucede en un contexto marcado por un sufrimiento inmenso para la población civil y plantea una interrogante fundamental: ¿puede esta nueva dinámica marcar un verdadero punto de inflexión hacia la paz?
La atención mundial seguirá puesta en las negociaciones indirectas en Egipto y en la evolución de la voluntad política de Israel y Hamas, con la esperanza de que esta vez la diplomacia prevalezca sobre la guerra.
