WASHINGTON — El presidente Donald Trump recibió este 25 de septiembre al presidente turco Recep Tayyip Erdogan en la Casa Blanca para tratar acuerdos comerciales y militares de alto impacto.
Entre los puntos centrales, figura una posible compra masiva de aviones Boeing por parte de Turquía, que podría alcanzar hasta 250 unidades, un salto considerable para Turkish Airlines, que ahora opera una flota de 485 aparatos. El presidente Trump anticipó en redes sociales su expectativa de concretar esta operación que fortalecería los lazos económicos entre ambos países.
Además, ambas partes abordaron el tema delicado de los F-16. Turquía busca modernizar su flota con un acuerdo significativo. También se tocaron las discusiones sobre el retorno de Ankara al programa F-35, del cual fue excluida tras comprar el sistema ruso S-400 en 2019.
La compra del S-400 sigue siendo un obstáculo diplomático importante. Las sanciones impuestas por Estados Unidos a la industria de defensa turca por este asunto marcan la relación. Erdogan llegó a la reunión con la intención de negociar la reintegración al programa F-35, pero el Congreso estadounidense mantiene una postura dura contra los vínculos de Turquía con Rusia y su historial en derechos humanos.
Este encuentro también refleja una evolución en la relación bilateral que ha fluctuado desde 2018, cuando Trump presionó para la liberación del pastor estadounidense Andrew Brunson en Turquía, y posteriormente amenazó con sanciones económicas durante la ofensiva turca en Siria.
En el plano regional, ambos países comparten objetivos similares en Siria tras la caída del régimen de Assad en diciembre de 2024, pese a tensiones persistentes como las diferencias con Israel sobre Gaza y Siria.
Trump criticó duramente a aliados de la OTAN por depender de hidrocarburos rusos, apuntando a Turquía como uno de los principales importadores. Sin embargo, el acercamiento diplomático continúa para manejar esta compleja geopolítica.
El enviado especial estadounidense para Siria, Tom Barrack, coordina actualmente con Ankara para mantener estabilidad en la región en un contexto volátil.
Con la agenda clara para convertir el comercio en aliado estratégico, la reunión de hoy servirá para medir hasta dónde puede avanzar la relación entre Washington y Ankara en un momento clave para la política global.
