Un instituto de Bath, en el estado de Maine (EE.UU.), ha eliminado las clásicas horas de castigo en clase y las ha sustituido por caminatas de 5 kilómetros en plena naturaleza para sus estudiantes sancionados.
La idea, puesta en marcha en octubre de 2024 por Leslie Trundy, consejera de orientación y apasionada de la montaña, busca mejorar el bienestar y la concentración de los alumnos castigados. En lugar de quedarse en clase tras las horas lectivas, los jóvenes recorren el sendero Whiskeag Trail, justo detrás del instituto Morse.
Durante estas caminatas, supervisadas por Trundy, los alumnos escuchan el ruido del bosque y la fauna, reciben una pequeña merienda y disfrutan de la lectura de poemas que impulsa la reflexión. La iniciativa no solo cambia el castigo sino que aporta un bienestar palpable.
“Al terminar, los chicos están más relajados, hablan más y muestran otra actitud”, explicó Trundy al Washington Post. Nelson-Walling, alumna que participó varias veces después de faltar a clase, afirmó: “No tenía pasatiempos, ahora la caminata es algo que me gusta”.
Otro estudiante, Soto, castigado por usar el móvil y vapeador en clase, confesó que al principio no le convencía la idea, pero terminó valorando la experiencia para reducir su estrés.
La científica Amy McDonnell, postdoctorada en neurociencia cognitiva en la Universidad de Utah, respalda este tipo de método: pasar tiempo en la naturaleza mejora la salud mental y física y ayuda a concentrarse más, afirmó.
Las ‘rutas punitivas’ comenzaron hace un año y continúan con creciente éxito. La última salida registró todas las plazas completas, confirma Leslie Trundy. Esta experiencia evidencia un cambio de paradigma en la disciplina escolar en EE.UU. que podría interesar a otros países.
