La Organización Mundial de la Salud para Europa lanzó una alarma contundente este viernes: casi un tercio de los médicos y enfermeros en Europa muestran síntomas de depresión o ansiedad, cifra cinco veces superior a la media de la población general.
Hans Kluge, director regional de la OMS Europa, no minimiza la situación:
“Un médico o enfermero de cada tres declara síntomas de depresión o ansiedad”
. Pero lo que sigue empeora la crisis: más del 10% ha tenido pensamientos suicidas o ideas de autolesión. Una realidad que golpea brutalmente a quienes velan por nuestra salud.
La encuesta, basada en 90.000 testimonios recogidos en 29 países (los 27 estados de la UE más Islandia y Noruega), también señala que las mujeres médicas y enfermeras son las más afectadas. En cambio, los hombres sufren más problemas de alcoholismo, subrayando distintas reacciones ante el estrés laboral.
El estudio revela un mapa con desigualdades alarmantes. En países como Letonia y Polonia, casi la mitad de los sanitarios presenta trastornos depresivos confirmados. Mientras, en Dinamarca y Islandia, el porcentaje es mucho menor, alrededor del 15%, apuntando a la importancia de las condiciones laborales.
Pero la salud mental no es lo único que preocupa. Un tercio de los sanitarios sufre amenazas o intimidación en sus centros de trabajo. Chipre, Grecia y España destacan tristemente en violencia registrada. El 10% ha sido víctima de agresiones físicas o acoso sexual en el último año.
Los turnos extenuantes agravan la situación: uno de cada cuatro médicos trabaja más de 50 horas semanales. A esto se suma la precariedad laboral, con un 32% de médicos y un 25% de enfermeros en contratos temporales, generando ansiedad constante.
Hans Kluge lanzó un aviso firme:
“La crisis de salud mental entre el personal sanitario es una crisis de seguridad sanitaria que pone en riesgo nuestros sistemas de salud”
.
La presión es especialmente fuerte dado que Europa enfrenta una escasez proyectada de un millón de profesionales de la salud para 2030. La OMS reclama acciones inmediatas: tolerancia cero con la violencia en hospitales, regulación estricta de las horas extra y acceso garantizado a apoyo psicológico confidencial.
De no abordarse, esta crisis amenaza con desmantelar las bases mismas de la atención médica en todo el continente.
