Después de casi tres décadas al frente del salón L.C Coiffure en L’Aigle (Orne), Laurence Lhomme ha cerrado su establecimiento para acogerse a la jubilación. Su último día fue el 30 de septiembre, un momento cargado de emoción para ella y sus clientes, que acudieron en masa para despedirse con “la última corte” o “el último peinado”.
Laurence comenzó su carrera con un aprendizaje en la calle Carnot y trabajó en varios salones de L’Aigle y alrededores antes de abrir su propio salón hace 29 años. Este negocio era su “bebé”, un espacio donde construyó relaciones duraderas con una clientela fiel.
El relevo generacional está asegurado. La joven Louane Desaever, de apenas 21 años y originaria de Aube, ha comprado el salón y lo ha renombrado Les Ciseaux Argentés. La nueva propietaria, que abrió el local el 3 de octubre tras una breve transición, cuenta con formación profesional que incluye un CAP y un BP obtenidos en sitios como Rugles y Saint-Ouen-sur-Iton, además de experiencia en Louviers.
Louane promete dar continuidad al servicio, pero también quiere atraer nuevos clientes con innovaciones. Entre sus planes están potenciar servicios de barbería para hombres, y ofrecer extensiones y complementos capilares.
Laurence asegura que se siente tranquila y satisfecha de dejar el comercio en buenas manos. “Voy a estar feliz cuando pase por la calle y vea que todavía hay luz en el salón”, confesó, destacando la importancia del contacto humano que extrañará pero al que no piensa renunciar del todo, ya que seguirá cortando el cabello a familiares y amigos.
Sin esta transición, el salón podría haber cerrado a finales del año. La entrega del testigo en la calle de Bec Ham de L’Aigle refleja un equilibrio entre experiencia y juventud, con confianza puesta en el futuro para que este comercio local siga vivo y evolucione.
