Los mercenarios rusos de Wagner desviaron armas, equipos y vehículos de las reservas internas de las Fuerzas Armadas de Malí (FAMa), según un informe de la Iniciativa Mundial contra el Crimen Organizado.
El grupo privado dejó oficialmente Mali en mayo de este año, pero hasta entonces utilizó masivamente material que en teoría estaba destinado exclusivamente a las tropas malíes. Tras la salida de Wagner, el relevo lo tomó el grupo África Corps, que continúa usando estos recursos.
El informe detalla que armas como el fusil de asalto Kalashnikov AK-47, junto a equipamiento militar y vehículos, fueron desviados desde los arsenales del ejército maliense para abastecer las operaciones de Wagner. Esto apunta a complicidades internas y una cadena de suministro paralela que facilitó el flujo ilegal de materiales de guerra.
Mali, sumido desde hace años en una crisis de seguridad y con presencia creciente de grupos armados, enfrenta además esta problemática que afecta la transparencia y efectividad de sus fuerzas oficiales.
La entrada de Wagner en Mali en 2020 había despertado controversia internacional y se ha señalado su actuación por violaciones de derechos humanos y uso indiscriminado de la fuerza. Este nuevo reportaje aporta además pruebas sobre el desfalco logístico a las tropas nacionales.
Con la retirada formal de Wagner, grupos como Africa Corps continúan en la región, haciendo uso de este armamento desviado, lo que prolonga la presencia de actores armados paralelos y complica el control estatal sobre la seguridad.
Las autoridades malienses no han hecho declaraciones oficiales hasta el momento sobre las conclusiones del informe. Francia, que operó en la región con la misión Barkhane hasta su retirada en 2022, monitorea la evolución del conflicto y la influencia de mercenarios.
Este caso suma a las dificultades para estabilizar el Sahel, donde la proliferación de armas ilegales y la fragilidad institucional siguen alimentando la violencia y la inseguridad regional.
