Zohran Mamdani acaba de ser elegido alcalde de Nueva York y ya se enfrenta a una fuerte ofensiva de la extrema derecha internacional, que lo acusa de ser un “partidario del Hamas” y de promover el antisemitismo. Mamdani, diputado socialista y musulmán, obtuvo una victoria clara en unas elecciones con más de 2 millones de votos, una derrota directa para el trumpismo y la derecha radical global.
Desde meses antes de la elección, los grupos y figuras de extrema derecha han buscado desacreditar a Mamdani con una campaña de calumnias racistas e islamófobas. El expresidente Donald Trump no perdió tiempo en atacar al nuevo alcalde. Lo calificó de “comunista lunático” y amenazó con investigarlo e incluso expulsarlo, culpándolo de ser una amenaza para Estados Unidos. Trump advirtió a la ciudad sobre un supuesto “comunismo extremo” que, según él, la haría un refugio para los que huyen de Miami.
En Israel, la extrema derecha también arremetió sin descanso contra Mamdani. El ministro de la Diáspora, Amichai Chikli, lo comparó con un “partidario del Hamas” e instó a los judíos de Nueva York a considerar emigrar a Israel. Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, afirmó que la elección de Mamdani fue “un momento donde el antisemitismo superó el sentido común”. Estas declaraciones reflejan la radicalización creciente en ciertos sectores israelíes contra los defensores de Palestina.
En Francia, figuras de la extrema derecha como Marion Maréchal aprovecharon para denunciar la elección, advirtiendo que Nueva York se convertiría en una “zona a defender pro-Hamas” y lanzando ataques contra el llamado “wokismo”. Paralelamente, Caroline Fourest, periodista conservadora, vincula a Mamdani con los Hermanos Musulmanes y critica la imagen mediática del alcalde joven y “simpático” como una fachada engañosa para maquillar su agenda política.
La reacción violenta global se concentra especialmente en la defensa abierta que Mamdani hace de la causa palestina y en su plataforma progresista que defiende los derechos de inmigrantes, personas trans y denuncia la concentración de poder económico en grandes fortunas.
La nueva administración de Mamdani inicia bajo presión de las voces ultraderechistas que usan la islamofobia y el racismo para bloquear cualquier agenda que desafíe el orden político conservador. A pesar de las amenazas y la campaña de desprestigio, su victoria representa un cambio radical en la dirección política de la ciudad más poblada de EE.UU.
Fuentes en la izquierda institucional de Estados Unidos ven en su ascenso una esperanza contra la crisis política y social, pero advierten que la lucha contra el trumpismo se deberá seguir con movilizaciones populares independientes del Partido Demócrata.
El foco ahora está en cómo Mamdani gestionará la mayor ciudad del país enfrentando una triple batalla: la gobernabilidad urbana, la presión de la extrema derecha en EE.UU. y los ataques internacionales por su postura sobre Palestina.


































