Tensiones y disturbios marcan la manifestación por la Flotilla en Milán
Manifestantes bloquean la tangencial en Milán y enfrentan a la policía durante protesta por Palestina
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Milán vivió una jornada tensa este viernes 3 de octubre durante la tercera manifestación consecutiva en apoyo a la Global Sumud Flotilla y la causa palestina. Cerca de las 14:30 horas, una parte del grupo de manifestantes se desvió del recorrido pactado y ocupó la tangencial Este, desencadenando enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Ocupación y choque en la tangencial Este
Mientras alrededor de 80 mil personas marchaban pacíficamente por las calles de Milán, un pequeño grupo de alrededor de veinte encapuchados provocó disturbios tras tomar la tangencial Este. Algunos manifestantes del cortejo principal intentaron aislar a estos facinorosi, pero el ambiente se tensó cuando empezaron a lanzar objetos contra la policía y los carabineros, que respondieron con gases lacrimógenos.
Hacia las 15:30, tras la llegada de vehículos blindados, la policía usó también chorros de agua para dispersar a los manifestantes violentos. Los grupos se fragmentaron pero luego se reagruparon con el resto del cortejo que, ya fuera de la tangencial, continuó hacia el centro urbano.
Pietro Cusimano, vocero del sindicato USB Lombardia, definió la acción como un “acto simbólico” en respuesta al asalto israelí a la flotilla humanitaria en aguas internacionales, subrayando que “la ocupación de la tangencial marca un cambio de estrategia” en las protestas.
Masiva movilización y recorrido del cortejo
La gran movilización comenzó temprano en Piazza Oberdan, lugar donde se reunieron estudiantes, familias y trabajadores convocados por la CGIL, junto a sindicatos de base que impulsaron el paro general. El cortejo siguió un recorrido extenso por puntos clave de Milán: desde Corso Buenos Aires, pasando por Via Regina Giovanna, Piazza Adelaide di Savoia, hasta llegar a Piazza Leonardo da Vinci.
Sin embargo, un sector antagonista decidió desviarse y avanzar hacia la Tangencial por Via Porpora y Via Rombon, escalando la tensión que derivaría en los incidentes más graves del día.
Impacto en transporte y bloqueos sindicales
Más temprano, esta misma jornada se sumaron otras formas de protesta. En la localidad cercana de Pioltello, integrantes del sindicato Si Cobas y jóvenes palestinos paralizaron el importante hub logístico ferroviario, afectando operaciones de carga. La huelga general liderada por la CGIL también causó interrupciones en la estación central de Milán, con múltiples cancelaciones y retrasos en trenes hacia ciudades como Florencia, Roma y Nápoles.
Según el sindicato, la adhesión al paro alcanzó un promedio del 50% en Lombardía, con picos de hasta 100% en empresas específicas, y una participación significativa en sectores como la construcción, comercio, turismo y manufactura. En comercios emblemáticos de Milán, como las librerías Feltrinelli, la movilización superó el 80%.
La CGIL destacó que más de 150 mil personas se movilizaron en varias localidades lombardas además de Milán, incluyendo Como, Cremona y Crema. Los trabajadores afiliados donaron las horas de paro para iniciativas humanitarias con un valor total superior a 100 mil euros en ayuda a Palestina.
Contexto y repercusiones
Estas manifestaciones surgen tras el abordaje israelí a la flotilla humanitaria Global Sumud, que viajaba por aguas internacionales para entregar ayuda a Gaza bajo bloqueo. La violencia en el mar escaló el conflicto causando reacciones y protestas inmediatas en Italia, especialmente en ciudades donde la comunidad palestina tiene fuerte presencia.
Las autoridades locales y policiales enfrentan el desafío de proteger el derecho a la protesta pacífica mientras controlan a pequeños grupos violentos que aprovechan la movilización social para generar enfrentamientos. En Milán, la ocupación de una vía rápida como la tangencial representa un precedente de mayor confrontación para futuras marchas.
La jornada deja también interrogantes sobre la coordinación interna entre grupos pacíficos y sectores más radicales del movimiento, y el impacto social y económico provocado por el paro y bloqueos, punto que los sindicatos deberán manejar con cuidado en las próximas semanas para mantener la unidad y legitimidad de la protesta.
