Barbara D’Urso vivió una noche intensa el domingo 28 de septiembre tras su debut como concursante en Ballando con le Stelle, el popular programa de baile de RAI. La veterana presentadora italiana, de 68 años, mostró un lado vulnerable y emotivo tras salir a la pista a bailar una rumba junto a su pareja profesional Pasquale La Rocca. La novedad de verla en una competencia distinta a su habitual rol como conductora llamó la atención y atrajo a la audiencia.
Un reto personal y profesional para Barbara D’Urso
Antes de su primera actuación, D’Urso confesó su ansiedad y recordó que su paso a la televisión pública de RAI es un “gran regreso”. “Tengo ansiedad como cuando tenía 11 años”, dijo, asegurando que esta experiencia no es un paso atrás, sino un avance en su vida profesional. Comentó que los últimos dos años le han sido muy difíciles, y que con este choque de roles, de estrella mediática a competidora anónima, quiere demostrar que “a cualquier edad uno debe superar el dolor y volver a empezar”.
Su mensaje fue claro: está dispuesta a “remeterse en juego” y a sufrir la crítica pública, incluso en un escenario donde no tiene el poder y el control habituales. Esto marcó un cambio radical en su carrera, acostumbrada a dictar la agenda y la narrativa en sus programas televisivos.
Actuación y valoración de la jurada Selvaggia Lucarelli
La expectación en torno al encuentro entre D’Urso y la jurada más combativa, Selvaggia Lucarelli, fue enorme. El encuentro se produjo pasada la medianoche del sábado al domingo y estuvo marcado por un choque de estilos contundente, pero sin perder la compostura.
La Lucarelli, conocida por su mirada crítica y directa, abrió su evaluación admitiendo que “todos esperaban este momento” y hasta bromeó sobre el público con palomitas de maíz en mano, anticipándose a la polémica. A la conductora le recomendó tomar en cuenta que su forma de expresarse podría parecer demasiado “puesta en escena”, afirmando que sus gestos son un poco “falsos, demasiado recitados”.
Al evaluar estrictamente la técnica y la expresión, la jurada calificó la actuación como “muy astuta y llena de pathos”, reconociendo la “gracia” mostrada en la pista de baile. Pese a este elogio, puso una nota de 7, con la advertencia de que debe mantener el nivel y no confiarse en el futuro del certamen.
Lucarelli también dedicó un comentario humorístico a Pasquale La Rocca, su compatriota y bailarín profesional de D’Urso: “No debiste hacerme esto, bailar con Barbara D’Urso. De ser una ‘gata muerta’ paso a ser un gato pegado a los cojones”, insinuó, en tono desafiante y jugando con la dinámica habitual de tensiones entre juez y concursantes.
Contexto del programa y significado para D’Urso
Ballando con le Stelle es una de las competencias de baile más icónicas de la televisión italiana, conocida por combinar espectáculo, polémicas, talento y fugaces destellos de vulnerabilidad de los participantes, que suelen ser celebridades de diversos ámbitos. La participación de D’Urso, un referente de la televisión comercial italiana y alguien acostumbrado al protagonismo total, supone un cambio de paradigma profesional y personal.
Este fenómeno debe entenderse en el contexto de una carrera que ha transitado varias etapas y contratos con distintas cadenas, como Mediaset y RAI, y en momentos personales complicados para D’Urso, quien ha decidido retomar su carrera en un contexto muy distinto al habitual y con una exposición pública más directa y menos controlada.
Con 68 años, la presentadora demuestra que quiere dar la pelea en un ámbito donde no se la esperaba, reafirmando la idea de que la edad no limita ni las ambiciones ni las capacidades para reinventarse.
¿Capaz para lo que viene? Un futuro de incertidumbre
El voto técnico de Lucarelli plantea un escenario de desafíos para D’Urso: si bien la primera actuación fue bien recibida, la jurada dejó claro que la ilusión y el efecto sorpresa no bastarán para futuras rondas. El público y la prensa vigilarán el seguimiento de esta experiencia con interés, viendo cómo se desarrollan sus capacidades y si logra superar las expectativas dentro del exigente formato de la competencia.
La atención mediática estará puesta en la evolución del certamen y en cómo D’Urso maneja las críticas y el rigor del espectáculo, que no perdona fisuras ni complacencias. La anfitriona ha dejado claro que este paso es un desafío para demostrar que, pese a los golpes de la vida, sigue en pie y con ganas de competir.
Pasquale La Rocca seguirá acompañando a la presentadora en cada paso, poniendo a prueba la química y el rendimiento del binomio.
El debut de Barbara D’Urso en Ballando con le Stelle ya es un tema central en la televisión italiana, con fuerte eco en redes sociales y medios, que seguirán de cerca la evolución de esta inesperada concursante y su carrera en ritmo de rumba, críticas y show.
