La misión humanitaria Global Sumud Flotilla entró este miércoles en la llamada “zona roja” a más de 150 millas náuticas (cerca de 280 km) de Gaza, en aguas internacionales, desafiando la zona de exclusión establecida por Israel. La flotilla, compuesta por 45 embarcaciones, avanzó pese a las advertencias, y las autoridades israelíes respondieron con maniobras intimidatorias y bloqueos navales detrás de los cuales se preparan fuerzas especiales para un posible abordaje.
Incidentes en el avance y tensiones en alta mar
Desde la madrugada, diversas embarcaciones reportaron ser abordadas durante minutos por barcos no identificados y registrar daños en sus sistemas de comunicación. Los barcos Sirius y Alma denuncian haber sido blanco de maniobras agresivas y aproximaciones peligrosas por parte de la Marina israelí.
Un voluntario italiano a bordo del Karma también comunicó interrupciones similares, y fuentes indican que la flotilla estaba entre 110 y 125 millas de la costa de Gaza en la mañana del miércoles. Aunque oficialmente la flotilla se encuentra en aguas internacionales, el riesgo de un enfrentamiento directo con la marina israelí es inminente. Episodios similares en misiones anteriores ocurrieron aproximadamente a esta distancia.
Al momento, no se ha reportado un abordaje efectivo, pero activistas informan de vigilancia aérea mediante drones y maniobras para obstaculizar el avance por parte de buques israelíes. La flotilla activó sus protocolos de emergencia y se prepara para resistir cualquier intento de intercepción.
Respuesta israelí y posibles escenarios
Medios israelíes informan que el puerto de Ashdod ha reforzado la seguridad con al menos 500 agentes antidisturbios y que las fuerzas especiales del Shayetet 13, unidad de élite de la Marina, están listas para intervenir si la flotilla intenta romper el bloqueo naval sobre Gaza.
Analistas de seguridad anticipan que, en caso de intervención, los activistas podrían ser arrestados, deportados y las embarcaciones remolcadas o incluso hundidas para impedir futuros intentos. El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, expresó su deseo de que sólo se produzcan detenciones sin recurrir a la violencia, recordando la trágica misión de la Mavi Marmara en 2010, cuando un enfrentamiento armado causó la muerte de diez activistas.
Este riesgo de escalada ha motivado que varios participantes abandonen la misión antes de llegar a la “zona roja”. Sin embargo, los que permanecen insisten en su objetivo humanitario y denuncian cualquier uso de fuerza en aguas internacionales como una violación del derecho internacional y un crímen.
Presencia y postura italiana y europea
Italia despliega la fragata Alpino, que permaneció patrullando hasta el límite impuesto de 150 millas náuticas, sin ingresar en zona de riesgo para evitar confrontaciones. La fragata también ha ofrecido apoyo para el desembarque seguro de activistas que decidan abandonar la flotilla.
Cuatro representantes políticos italianos, entre diputados y eurodiputados, participan en la misión, lo que ha aumentado las peticiones de asistencia oficial italiana y francesa para garantizar la protección diplomática y humanitaria de la flotilla.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, alertó sobre el impacto político de la flotilla en medio del delicado equilibrio de Medio Oriente tras el plan de paz impulsado por el expresidente estadounidense Donald Trump. Meloni advirtió que la acción podría ser usada como pretexto para desestabilizar una frágil tregua.
En contraste, la relatora de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, criticó la decisión de Italia de limitar su participación y no ingresar en la zona roja, en un contexto que ella define como un “genocidio” en Gaza por parte de Israel.
La flotilla española Furor, que navega para unirse a la misión, recibió recomendaciones oficiales de no franquear la zona de exclusión por “riesgos graves a la seguridad”, apuntando a una creciente coordinación europea para evitar un incidente mayor.
Contexto y riesgos inmediatos
La flotilla Global Sumud, de naturaleza humanitaria y política, busca entregar ayuda a Gaza y denunciar el bloqueo israelí que afecta a la población palestina. Este bloqueo naval ha sido un punto de tensión internacional constante, con episodios violentos en el pasado.
El avance actual marca uno de los momentos más tensos desde la sangrienta intervención contra la Mavi Marmara hace más de una década. La determinación de la flotilla y la firme respuesta israelí amenazan con evolucionar en un enfrentamiento con consecuencias políticas y humanitarias de gran impacto.
Por ahora, los movimientos en alta mar se monitorean minuto a minuto: la flotilla marcha decidida, a pesar de las amenazas, y la Marina de Israel prepara recursos para controlar la situación a pocos kilómetros de una de las zonas más conflictivas del mundo.
El rumbo de las próximas horas será decisivo para definir si la flotilla consigue romper el bloqueo o si ocurrirá una intervención que podría marcar un nuevo capítulo de tensión en el Mediterráneo.
