La delegación italiana de la Global Sumud Flotilla confirmó que no aceptará el llamamiento del presidente Sergio Mattarella, que pedía aceptar una mediación para entregar los ayuda humanitaria a Gaza de forma segura, desviando la ruta hacia Cipro. A pesar de las advertencias y del golpe diplomático esta semana, la flotilla insiste en mantener el rumbo hacia aguas internacionales para cruzar hacia Gaza, aún con los riesgos evidentes de ataques y sabotajes.
Rechazo formal a la propuesta del Patriarcado de Jerusalén
El presidente Mattarella había instado a la flotilla a acogerse a una mediación impulsada por el Patriarcado de Jerusalén, con el objetivo de evitar riesgos a la integridad física de quienes viajan en las embarcaciones y asegurar que los suministros lleguen a la población civil de Gaza. Mattarella remarcó que la vida humana exige prudencia para evitar poner en peligro a los tripulantes y a las personas a las que va dirigida la ayuda.
Sin embargo, la portavoz de la flotilla para Italia, Maria Elena Delia, dejó claro que la propuesta no es aceptable para los participantes. Según Delia, aceptar mediar implicaría reconocer la legitimidad de un gobierno que califican de ilegal por bloquear el acceso a Gaza y operar sin respeto al derecho internacional. “No podemos ser nosotros los que cambiemos de rumbo y dejemos que un gobierno actúe sin control,” sostuvo en entrevista con medios italianos.
La presión sobre la flotilla aumentó tras el ataque con drones a las embarcaciones en aguas internacionales, la semana pasada, cuando la misión navegaba cerca de Gaza. Delia denunció que fue injusto que se pidiera a la delegación que desviara la ruta tras lo ocurrido, enfatizando que si hubiese sido un barco civil con turistas, la respuesta internacional y mediática habría sido distinta.
La comandancia portuguesa y el estado de la flotilla
La flotilla cuenta con 44 delegaciones de diferentes países y actúa bajo un comando conjunto. Actualmente, están en espera de información sobre las condiciones meteorológicas y el estado técnico de su barco principal, el Famiglia, que sufrió un problema serio en el motor, pero que ya fue reparado.
La intención es zarpar nuevamente hoy con toda la flota hacia Gaza. Delia precisó que la misión no tiene un carácter confrontativo hacia el gobierno italiano, sino que responde a un imperativo legal y humanitario. Sin embargo, subrayó que el rechazo a la mediación italiana llega porque las condiciones impuestas implican abandonar sus principios y aceptar una inacción ante lo que consideran un bloqueo ilegal impuesto por autoridades en Gaza.
Contexto y repercusiones en Italia y Europa
La operación de la Global Sumud Flotilla se sitúa en un contexto internacional tenso, donde las relaciones entre Italia, la Unión Europea y los actores en el conflicto palestino-israelí están bajo presión. La decisión de la flotilla sumará más tensiones diplomáticas, dado que el gobierno italiano, con respaldo del presidente Mattarella, optó por la prudencia y la búsqueda de una salida negociada que evite nuevas crisis.
El Patriarcado de Jerusalén propuso actuar como puente para que la flotilla entregue su carga solidaria sin confrontaciones ni acciones que pongan en riesgo vidas. Pero la flotilla interpreta que aceptar esta condición implicaría ceder a un bloqueo contra Gaza que consideran injusto y violatorio del derecho internacional.
Italia se enfrenta así a un desafío diplomático: apoyar la ayuda humanitaria y la legalidad internacional sin fomentar acciones que puedan escalar el conflicto ni poner en riesgo a ciudadanos italianos y embarcaciones que navegan en alta mar.
Posibles escenarios y próximos movimientos
La flotilla se muestra dispuesta a seguir adelante, arriesgándose a más incidentes como el ataque con drones sufrido recientemente, que motivó una investigación a nivel político y militar. El hecho de que varias delegaciones internacionales estén a bordo añade presión a Italia para mantener el equilibrio entre solidaridad internacional y seguridad nacional.
En las próximas horas, se espera que las embarcaciones confirmen la nueva partida hacia Gaza, mientras en Roma continúa el debate sobre la mejor estrategia para mediar en la entrega de ayuda y evitar un incidente mayor. En paralelo, sectores del gobierno y de la sociedad civil italianos observan con preocupación que lo que empezó como una misión humanitaria pueda derivar en un conflicto diplomático o un incidente de seguridad en aguas internacionales.
Fuentes cercanas a la presidencia italiana aseguran que el llamado de Mattarella buscó prevenir tragedias humanas y abrir canales de diálogo con todas las partes involucradas, pero reconocen que el desafío de la flotilla es persistente y difícil de controlar.
El desarrollo de esta misión humanitaria será clave para determinar no solo la llegada efectiva de ayuda a la población de Gaza, sino también el futuro de la diplomacia italiana en un escenario internacional altamente volátil.
