Jannik Sinner confirmó su condición de favorito y logró clasificarse para la final del torneo de Pekín tras superar en un duro partido a Alex De Minaur por 6-3, 4-6, 6-2 en 2 horas y 20 minutos. Esta será la tercera final consecutiva del italiano en la capital china, donde ya fue subcampeón en las dos últimas temporadas. Ahora espera por el ganador del otro semifinalista entre Daniil Medvedev y Tien.
Sinner domina el primer set a base de potencia y control táctico
El encuentro arrancó con un Sinner agresivo, explotando bien su primer servicio y manteniendo una gran presión desde el fondo. Su estilo variado y capaz de acelerar las pelotas de forma contundente le permitió controlar el marcador y quedarse el primer set 6-3. A pesar de algunos errores iniciales, el italiano logró imponer su ritmo y evitar que De Minaur brillase con su juego rápido desde la base.
De Minaur resiste y toma el segundo set
Alex De Minaur, consciente de que necesitaba reaccionar, comenzó a desplegar un juego más ofensivo en el segundo set. Su resistencia física y su capacidad para atacar desde el fondo dieron sus frutos y logró romper el servicio de Sinner en un momento clave, cerrando finalmente el parcial 6-4. Fue la primera vez en cinco años que el australiano lograba ganar un set frente al italiano, lo que evidenció que el duelo no estaba cerrado y que el desgaste sería fundamental en el tramo final.
Duelo físico y tensión impresionante en el segundo set
La batalla en el segundo parcial fue intensa y exigió a ambos jugadores al máximo. Hubo varios games muy disputados, con Sinner mostrando señales de molestias musculares, especialmente en la pierna derecha y el glúteo, lo que generó preocupación en su equipo técnico. De Minaur sacó partido de ello, logrando presionar a Sinner y adelantándose 4-3 tras un game que fue de los más físicos del encuentro, pero la experiencia y el espíritu de lucha italianos respondieron con fuerza para empatar luego a 4-4.
Sinner supera los problemas físicos y arrasa en el tercer set
En el set definitivo la clave fue la regularidad y la cabeza fría de Sinner. A pesar de que su movilidad parecía limitada, el italiano ajustó su juego para compensar con inteligencia, enviando golpes profundos y aprovechando su sólido saque. Su repertorio de aces —con siete en total— y servicios ganadores marcó la diferencia. De Minaur intentó resistir, pero el desgaste acumulado pasó factura y comenzó a dudar cada vez más, mientras Sinner imprimía un ritmo implacable. El resultado final fue un contundente 6-2 para la estrella italiana, cerrando el partido con otro servicio ganador que no dejó dudas.
Relevancia para el torneo y próximos desafíos
Con esta victoria, Jannik Sinner confirma que sigue siendo uno de los grandes aspirantes en el circuito y apunta a hacerse con un título que el año pasado se le escapó. La persistencia en Pekín, donde ya disputó dos finales previas, demuestra su adaptación y capacidad para rendir en torneos de alto nivel bajo presión. Ahora espera rival, que saldrá del encuentro entre Daniil Medvedev, actual top 5 mundial, y el sorprendente Tien.
En el box italiano, además de la presencia de su entrenador Luca Vagnozzi, destacaron la labor del preparador físico Ferrara y el fisioterapeuta Resnicoff, quienes monitorearon de cerca las dolencias musculares que Sinner sufrió durante el partido, un aspecto que podría influir de cara a la final. Su supercoach Craig Cahill no estuvo presente, pero el equipo completo mostró máxima concentración para asegurar que la estrella italiana llegue en condiciones óptimas.
Un triunfo vital para mantener la confianza en plena temporada
Este triunfo llega en un momento clave para Sinner, que se ha estado redefiniendo desde la pasada temporada a un estilo de juego que mezcla agresividad con más solidez y regularidad. El italiano, número 2 del mundo, ha aprendido a gestionar mejor los partidos largos y el desgaste físico, y este partido frente a De Minaur lo confirmó con creces. Por su parte, el australiano mostró la garra típica de su generación, pero no pudo con la capacidad estratégica y mental de su rival.
En resumen, Jannik Sinner se planta en la final de Pekín habiendo superado un duelo exigente y físicamente complicado, con la motivación y el estilo adecuadamente adaptados para seguir marcando su camino hacia los grandes trofeos del tenis mundial.
