La Juventus atraviesa una de sus peores rachas de la temporada con tres derrotas consecutivas entre Serie A y Champions League, la última de ellas ayer en el Estadio Olímpico frente a la Lazio. El técnico croata Igor Tudor reconoció en la rueda de prensa posterior que el momento es “brutto”, un instante delicado que exige unidad y trabajo colectivo para revertir la situación que coloca al club en plena crisis deportiva.
Tercer revés consecutivo y preocupación en la Juventus
El equipo bianconero cayó frente a la Lazio tras un partido en el que, según Tudor, la preparación fue adecuada pero los errores defensivos y la falta de contundencia en ataque se pagaron caros. “Es un momento difícil, hay que estar unidos y trabajar más todos juntos”, afirmó el entrenador sin rodeos. La derrota sigue a tropiezos en la liga y en la Liga de Campeones, confirmando la mala dinámica que preocupa a la afición y a la directiva.
El marcador llegó después de un error de la defensa juventina en una jugada protagonizada por Jonathan David, a quien Tudor mencionó como ejemplo del fallo que termina costando partidos: “Estamos llegando al área pero no podemos fallar, siempre se equivoca alguien y entonces perdemos. Se siente mal, pero hay que permanecer juntos porque jugamos de nuevo en dos días”.
Precisamente, la Juve suma ya cuatro partidos sin anotar un gol, un dato que subraya la crisis ofensiva y que pone a la presión sobre el cuerpo técnico y plantilla.
Decisiones tácticas y críticas a jugadores
En cuanto a la alineación, Tudor justificó varios cambios que no convencieron a la prensa ni a los hinchas. Empezó con dos delanteros para buscar profundidad, pero el equipo solo pudo crear oportunidades sin éxito. La entrada de Francisco y Kenan Yildiz, y la tentativa de jugar con cuatro atacantes, no redundó en goles.
Sobre la ausencia de Yildiz desde el arranque, el entrenador explicó que fue una decisión basada en dar descanso a Kenan, clave en parte del ataque pero agotado. “Kenan necesitaba reposo, por eso decidí no poner a Yildiz de inicio, fue la estrategia”, detalló Tudor.
Una de las decisiones más polémicas fue la sustitución de Andrea Cambiaso al término del primer tiempo por bajo rendimiento defensivo frente a Isaksen. Tudor fue tajante: “Lo vi en dificultades y no me gustó cómo interpretaba el partido”. Cambiaso quedó señalado públicamente, un signo de las tensiones internas que se viven en la plantilla.
Tudor no piensa en su futuro pese a presión
Con la palabra “crisis” instalada en el ambiente, las preguntas sobre la continuidad de Tudor en el equipo aumentaron. El técnico croata optó por evitar especulaciones y no quiso entrar en debates sobre su estadía a largo plazo. “¿Si me siento seguro? No me importa el futuro, trato de mantener la cabeza fría frente a todos estos problemas”, sentenció.
Este mensaje busca preservar la estabilidad interna en un momento de incertidumbre que pone en jaque no solo el rendimiento del equipo sino también la confianza de la directiva y la prensa especializada. La Juventus, club histórico y actual potencia del fútbol italiano, no puede permitirse una caída prolongada si quiere mantener aspiraciones en la Serie A y en Europa.
El problema es global: ataque sin gol, defensa con errores
La realidad es que la Juventus sufre desde todas las áreas del campo. Tudor admitió que la falta de gol es evidente y que la defensa presenta fallos repetidos. “Para marcar goles hay que atacar con cuatro delanteros, y para defender deberíamos tener diez mediocampistas, pero no es realidad”, resumió el entrenador. Esta contradicción entre la necesidad de atacar y la presión defensiva genera desequilibrios que los rivales aprovechan.
La Juventus ha demostrado que acumula llegadas en el área rival, con intentos de centro y apoyo de los mediocampistas por las bandas y por dentro, pero al no concretar ninguna oportunidad termina pagando caro pequeños errores atrás.
Lo que viene: poco tiempo para reaccionar
El calendario apremia a los bianconeri: en apenas dos días tienen un nuevo partido para intentar salir de esta mala racha. Tudor insiste en que una victoria podría cambiar el ánimo y permitir reiniciar la temporada con otra dinámica, pero el reto es complicado.
Mientras, los hinchas y expertos coinciden en que la Juventus debe encontrar soluciones rápidas, especialmente para resolver la falta de gol y corregir los errores defensivos que dejan en evidencia cierto desajuste táctico y falta de concentración.
El futuro inmediato del club depende no solo de la reacción en la cancha sino de la habilidad del cuerpo técnico para gestionar presiones internas y externas, mantener la cohesión en el vestuario y encontrar las mejores combinaciones para rescatar a un histórico que hoy está lejos del nivel esperado.
El duelo en el Olímpico fue una muestra clara de la fragilidad actual de la Juventus, que no encuentra respuestas fáciles. Tudor ya advirtió que no tiene miedo al futuro personal, pero el peso del resultado inmediato es ineludible: la estabilidad del club y la confianza de la afición están en juego.

































