Hoy es un día decisivo para la ciudad de Milán. El Consiglio comunale vota la venta del histórico estadio de San Siro y su área circundante a las sociedades Inter y Milan, un paso clave para construir un nuevo estadio financiado con una inversión superior a 1.200 millones de euros. Entre el debate político y la movilización ciudadana, la clave la tiene Forza Italia, que tras un intenso análisis anunció que no bloqueará la propuesta pese a sus objeciones.
Forza Italia respalda la venta como “elección responsable”
La gestión del dossier San Siro ha dividido opiniones desde su presentación. Sin embargo, el grupo Forza Italia, tradicionalmente crítico con la administración de Milán, ha optado por no ejercer veto. Gianluca Comazzi, jefe de la delegación forzista en la región de Lombardía y exconcejal de urbanismo, fue claro: la gestión pública del estadio fue “lenta, confusa y con lagunas”. Pero considerarían imperdonable perder una inversión de más de 1.200 millones que revitalizará un barrio completo, creará cientos de empleos y dotará a Inter y Milan de un recinto de clase mundial.
“Por este motivo, Forza Italia hará una elección de responsabilidad, evitando la derrota de una delibera que, aunque imperfecta, representa una gran oportunidad para Milán” – Gianluca Comazzi
En la misma línea, el coordinador regional Alessandro Sorte reiteró que su grupo no votará a favor, pero tampoco en contra, rechazando que una oposición frontal termine paralizando la ciudad. Sorte defendió un enfoque pragmático y desideologizado, centrado en un bien mayor para los habitantes y el futuro urbano.
Letizia Moratti, expresidenta de la Consulta Nacional de Forza Italia y exalcaldesa de Milán, completó el cuadro con un llamado a evitar bloqueos políticos. Consideró que pese a los defectos del proyecto, la oportunidad para desarrollo, empleo y mejora urbana es “una ocasión que Milán no puede permitirse perder”.
Voces opositoras y críticas en el debate
Las protestas ya se hicieron visibles frente al Palazzo Marino, sede del Consiglio comunale, con carteles de la Rete dei comitati que denuncian la venta como un “daño irreparable” para la ciudad y la salud de los ciudadanos. Lemas como “No a la venta de San Siro” reflejan el malestar entre asociaciones vecinales y ambientales, que consideran el proyecto insuficiente en transparencia y garantías.
Al interior del consejo, la oposición más férrea llegó de los Verdi. Carlo Monguzzi calificó la jornada como “el triunfo de inversores privados” y acusó a la coalición de gobierno de incumplir el programa ambiental con que fueron electos en 2021. Monguzzi habló de “cementificación irresponsable” y adelantó una última batalla en la votación que definirá su futuro político.
El Partido Democrático (PD) también tuvo sus dudas hasta última hora. Monica Romano, una de las indecisas, anunció finalmente su voto favorable después de semanas revisando documentos técnicos, peritajes y anexos. Manifestó que su decisión se basó en datos concretos y no en sentimentalismo o nostalgia por el estadio histórico, poniendo el foco en la responsabilidad con los ciudadanos.
Una votación bajo presión y sin margen para aplazamientos
La sesión del Consiglio comunale comenzó a las 16:30 horas, con la presentación de intervenciones pendientes y el análisis de enmiendas. Este voto es crucial porque mañana expira la oferta de compra por parte de Inter y Milan, lo que añade presión para cerrar la aprobación sin más demoras ni prórrogas.
Se espera que tras los discursos se proceda a la votación definitiva en la que Forza Italia marcará la diferencia. No se han admitido planes para posponer el debate, lo que deja el destino del célebre San Siro en una decisión inmediata y definitiva.
Implicaciones para Milán y el fútbol italiano
El acuerdo sellaría una transformación urbana de gran envergadura, con el diseño y construcción de un estadio moderno que reemplazará al histórico Giuseppe Meazza. La inversión privada es la más alta en la ciudad para un proyecto deportivo y urbano desde hace décadas y representa una apuesta por revitalizar un área que hoy se considera obsoleta.
Para Inter y Milan, dos de los clubes más emblemáticos de Italia y Europa, se abrirá la posibilidad de contar con una instalación de última generación que podría atraer más eventos internacionales y mejorar la experiencia para hinchas y turismo.
Este desarrollo también se liga a una estrategia más amplia para incentivar la regeneración urbana y aumentar el valor inmobiliario en una ciudad que concentra más de la mitad del desarrollo inmobiliario de Lombardía, como recordó Comazzi. Sin embargo, la polémica refleja tensiones sobre cómo equilibrar inversión, patrimonio cultural y bienestar ciudadano.
En resumen, hoy Milán se juega entre paralizarse en confrontaciones ideológicas o aprovechar una inyección económica estratégica para modernizar una parte fundamental de su paisaje urbano y deportivo, con Forza Italia apostando por lo segundo pese a sus críticas.
