El Milan sufrió un duro golpe en casa al empatar 2-2 contra el Pisa, equipo recién ascendido, en un partido que pudo haber confirmado el dominio rossonero en la Serie A. El último suspiro de la tarde en San Siro estuvo marcado por el gol de Athekame en el minuto 93, que evitó una derrota dolorosa para los locales, aunque el empate dejó un sabor amargo en el cuerpo técnico y la afición.
Milan se estrella contra la resistencia de un nepromovido en San Siro
La intención del Milan era clara: aprovechar el partido contra un recién ascendido para marcar distancias en la tabla y sentar las bases para una fuga en la Serie A. Sin embargo, Pisa, con un planteamiento sólido y una valentía encomiable, supo reaccionar y doblegar en momentos clave al conjunto de Allegri.
Los rossoneri comenzaron comandando el marcador con un fútbol esperanzador, pero la defensa local mostró grietas que los toscanos no dudaron en aprovechar. El Pisa logró empatar y luego tomar la delantera, imponiéndose momentáneamente en el marcador en un duelo que se complicó más de lo previsto para los de Milán.
El contexto es crucial: por segunda vez consecutiva, Milan es frenado en casa por un equipo que acaba de ascender a la Serie A. Esta tendencia preocupa a quienes esperaban un fuerte despegue del líder y evidencia ciertas debilidades en el conjunto de Allegri, en especial en sus partidos frente a rivales teóricamente inferiores.
Athekame, salvador en el descuento
Cuando el reloj marcaba el 93 y el empate parecía lejos, Athekame apareció para rescatar un punto vital. Su gol agónico no solo evitó una derrota que hubiese sido un duro golpe para la moral del Milan, sino que también frenó un potencial envión del Pisa, que salía de San Siro con la victoria al alcance.
Sin embargo, para el técnico Massimiliano Allegri, este empate es una oportunidad perdida. Aunque el resultado evita el tropiezo total, no permite al Milan despegar en la lucha por la Serie A y seguir presionando a sus perseguidores en la tabla.
Implicaciones para la temporada y la tabla
Este empate mantiene al Milan en una posición alta, pero sin esa distancia clave necesaria para manejar la presión en etapas tempranas. En un campeonato tan competitivo como la Serie A, donde cada punto cuenta, dejar escapar dos unidades ante un nepromovido puede costar caro a final de campaña.
Además, la actuación del Pisa subraya un fenómeno recurrente: los equipos recién ascendidos no solo buscan sobrevivir sino también dar guerra a los grandes. Este empate sirve de aviso para el Milan y otros candidatos al título, que deben evitar subestimar a sus rivales bajo ninguna circunstancia.
El encuentro en San Siro también arroja dudas sobre la consistencia defensiva del Milan y su capacidad para cerrar partidos ante rivales que se encierran en una defensa compacta.
Reacción y próximos desafíos
Allegri tendrá que limpiar el vestuario y ajustar tácticas de cara a los próximos compromisos. El técnico italiano sabe que la Serie A no da respiros y que los partidos ante rivales pequeños demandan concentración y eficacia para no perder puntos valiosos.
El Milan deberá hacer una lectura crítica de su rendimiento para corregir errores y evitar que resultados como este se repitan en un escenario donde cada partido puede definir el éxito o fracaso en la lucha por el título. El golpe en casa también le da confianza a otros equipos de la liga, que ahora ven más abierto el camino para complicar la campaña rossonera.
En definitiva, el empate 2-2 fue un golpe de realidad para el Milan: la temporada apenas comienza y no hay margen para relajarse.


































