El Parma consiguió su primera victoria en la presente Serie A tras imponerse este domingo por 2-1 al Torino en el estadio Tardini, gracias a un doblete del joven delantero argentino Mateo Pellegrino. Un triunfo vital para el equipo dirigido por Cuesta, que supera a un Torino que encajó su tercera derrota en cinco jornadas, y que no logró contar con la efectividad necesaria pese a dominar buena parte del partido.
Un penalti polémico abre el camino al Parma
El encuentro estuvo marcado por decisiones arbitrales controvertidas, donde el árbitro Collu tuvo un papel decisivo. El primer golpe llegó con un penalti muy discutido, concedido a favor del Parma, que Pellegrino transformó con frialdad a pesar de ser el primer tiro a puerta del equipo local en todo el partido. Este penalti cambió el ritmo del encuentro, dejando a un Torino que hasta ese momento llevaba la iniciativa en posesión y creación de juego, frustrado y obligado a reaccionar.
Pellegrino, respaldado por su tercer doblete en Serie A —los dos anteriores también fueron contra Torino—, demostró tener una especial efectividad con el equipo granata. Además, una anotación previa al segundo gol fue anulada por un supuesto fallo previo contra Israel, el portero del Parma, que aumentó las dudas sobre la dirección arbitral.
Torino domina pero falla ante la defensa de Parma
Desde el inicio, Baroni y su Torino intentaron imponer un esquema de presión alta y marcaje individual, con jugadores como Asllani y Casadei subiendo la intensidad para ahogar la salida del Parma y neutralizar a figuras clave como Bernabé y Keita. Este plan obligó al Parma a buscar balones largos destinados a Pellegrino, mientras que otros nombres como Cutrone y Oristanio quedaron desactivados del circuito ofensivo.
Durante más de media hora, el Torino dominó la posesión y generó las mejores ocasiones a través de Ngonge y Simeone, aunque sin encontrar la puntería para abrir el marcador. El equipo visitante parecía a punto de adelantarse y cambiar el rumbo del partido, pero la polémica falta dentro del área y el penalti transformado por el Parma frenaron esa posibilidad.
A pesar del contratiempo, el Torino no se rindió y salió con mayor determinación tras el descanso. Ngonge aprovechó una gran jugada individual para superar a Keita y lanzar un potente disparo desde fuera del área que dejó sin opciones a Suzuki, el portero del Parma. Este gol devolvió la esperanza y el impulso al equipo visitante, que mantuvo la posesión y continuó presionando con más intensidad.
Errores defensivos y valentía local definen el partido
Sin embargo, la solidez defensiva del Parma en las jugadas aéreas fue la clave final. Un córner ejecutado por Valeri encontró a Pellegrino en la zona peligrosa donde, tras una mala marca de la defensa zonal de Torino, anotó de cabeza el gol decisivo para el 2-1. Este tercer tanto de Pellegrino en el partido selló la victoria y quemó las esperanzas granata de al menos rescatar un punto.
Los errores defensivos de Torino, especialmente en las transiciones tras jugadas a balón parado, fueron evidentes y costaron caro. Baroni buscó soluciones con cambios ofensivos como la entrada de Adams y el cambio al 4-4-2, con un ataque más ambicioso con Ngonge, Vlasic y Simeone, pero fue insuficiente para revertir la situación.
Impulso para Parma y dudas persistentes en Torino
En el palco, grandes leyendas del Parma como Cannavaro, Benarrivo, Melli y Fuser, además del presidente Krause, celebraron la victoria de un equipo que buscaba una sacudida para empezar a abandonar la zona baja de la tabla. Este resultado le da una inyección de moral a Cuesta y sus jugadores, que aún deben corregir aspectos en la fase de construcción y posesión, pero que demuestran capacidad para ganar con valentía y eficacia.
Por su parte, el Torino sigue sin encontrar constancia en resultados ni en juego. La presión y el dominio territorial no se traducen en goles ni en puntos, y los problemas defensivos —con diez goles recibidos en cinco jornadas— son una alarma importante para el cuerpo técnico liderado por Baroni. El equipo deberá mejorar la atención en balón parado y la cohesión defensiva para no perder más terreno en la Serie A.
Este partido dejó claro que la Serie A puede ser imprevisible en sus primeros tramos, y que incluso equipos en reconstrucción como Parma son capaces de sorprender con un juego compacto y jugadores en racha como Pellegrino, que con solo 22 años empieza a dejar su huella en la élite italiana.
