Italia vive este día un paro general masivo convocado por los principales sindicatos Cgil y Usb en apoyo a la Flotilla Global Sumud y la población de Gaza, con manifestaciones y bloqueos simultáneos en múltiples ciudades del país. Desde el norte hasta el sur, miles de personas protestan contra la escalada del conflicto en Oriente Medio y en rechazo a la actitud del Gobierno italiano.
Bloqueos en carreteras y puertos complican el tráfico y el transporte
La jornada está marcada por cortes y bloqueos en importantes vías de comunicación. En Bolonia, la autovía A14 permanece cerrada entre Borgo Panigale y San Lazzaro tras la invasión del cortejo manifestante sobre la autopista y la tangencial. También está bloqueado el enlace de Casalecchio entre la A1 y la A14, paralizando casi todo el nodo vial bolonés.
En Milán, el cortejo en la tangencial este ha obligado a cerrar el tramo cerca de la salida de Lambrate, afectando la circulación en ambas direcciones. A su vez, en Génova, centenares de manifestantes han ocupado las vías ferroviarias en la estación de Sampierdarena, suspendiendo el tráfico ferroviario en toda la ciudad, mientras uno de los accesos portuarios está bloqueado y ya se han registrado quema de neumáticos e imballajes.
El puerto de Livorno está paralizado desde primera hora, con accesos cerrados y largas filas de camiones y vehículos atrapados, producto de la invasión pacífica de los manifestantes pro Palestina. En Trieste, alrededor de 500 personas mantienen bloqueado el varco 4 del puerto, uno de los puntos más estratégicos para el comercio y la logística.
Estas movilizaciones han causado cancelaciones y retrasos significativos en el transporte público y ferroviario. En Milán, los retrasos a la estación Central superan las cinco horas en algunos trenes, y el servicio de autobuses y tranvías circula con frecuencias reducidas y desvíos. En Roma, también hay cancelaciones y retrasos de hasta 80 minutos en Trenes Fs e Italo, aunque las líneas de metro A, B y B1 funcionan con normalidad.
Manifestaciones multitudinarias y choques en varias ciudades
Los cortes y bloqueos se combinan con marchas masivas en las principales plazas y calles urbanas. En Florencia, el cortejo supera los 100.000 manifestantes, el más grande en dos décadas, que recorren más de 2,5 kilómetros en protesta por la decisión del equipo italiano de fútbol de jugar contra Israel y que avanzan hacia el centro deportivo de Coverciano.
En Roma, la protesta llegó al Ministerio de Transporte, donde estudiantes lanzaron huevos contra los vehículos blindados policiales. En la estación Termini y plaza de Cinquecento, se desplegaron banderas palestinas y grupos sindicales como Usb, Cobas y Emergency. También llamó la atención un manifestante que colgó una kefiah en la estatua de Juan Pablo II.
La ciudad de Turín vivió una división en el corteo: una parte siguió el itinerario oficial mientras otro bloque social desvió a más puntos de la ciudad con el objetivo de ampliar el impacto. En Nápoles, el cortejo se dirigió hacia el puerto con la intención de ocuparlo para impedir el paso de lo que llaman “naves de muerte”. Estuvo presente el misionero comboniano Alex Zanotelli apoyando la protesta.
En Bari, miles marcharon con la participación de figuras públicas como el rapero Caparezza y el eurodiputado Antonio Decaro, quienes destacaron la importancia de mantener la atención sobre Gaza. En Palermo, la más pequeña manifestante fue una bebé de cuatro meses en brazos de sus padres médicos, simbolizando la implicación de sectores como la sanidad en el movimiento.
En Venecia, dos grandes marchas –una desde Mestre y otra desde la ciudad-isla– se dirigieron a bloquear el Ponte della Libertà, punto neurálgico que conecta la isla con la tierra firme, generando fuerte presión en la ciudad.
Reacciones políticas y sindicales muy tensas
La protesta ha puesto en evidencia el choque frontal entre gobiernos, sindicatos y fuerzas políticas. Giuseppe Conte, ex primer ministro y líder de un movimiento de oposición, definió al gobierno de Giorgia Meloni como provocador, culpándolo de fomentar el odio y la división, lo que consideró la causa del paro.
Por su parte, Maurizio Landini, secretario general de la Cgil, defendió el derecho a huelga y criticó duramente las declaraciones de Meloni y del ministro Matteo Salvini. Landini señaló que Meloni nunca ha hecho una huelga y debería “besar los pies” a los trabajadores por mantener el honor del país al manifestarse. Salvini, en un vídeo publicado en sus redes, lanzó amenazas veladas contra los huelguistas y pidió sanciones ejemplares aduladas a Landini.
Nicola Fratoianni, líder de Alleanza Verdi e Sinistra, acusó a Salvini de actuar como un “bully” (matón) y condenó sus intimidaciones hacia los trabajadores, mientras Elly Schlein, secretaria del Partido Democrático, rompió filas con Meloni e insistió en defender el derecho a la huelga sin recortes ni amenazas.
También se reportaron heridas entre manifestantes y policías en Salerno durante un intento de acceso al puerto, con uso limitado de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas del orden. En Firenze y Genova, algunas acciones desordenadas de grupos encapuchados han generado polémica dentro de las mismas protestas, inclusive con bloqueos ferroviarios y lanzamiento de petardos.
Apoyo y movilización internacional de italianos en el extranjero
Aún fuera de Italia, trabajadores italianos en las embajadas y centros culturales en Madrid, Barcelona y Lisboa llevaron a cabo paros simbólicos en señal de solidaridad con la Flotilla y la causa palestina. Aproximadamente 30 personas de estas instituciones manifestaron su rechazo a la agresión israelí y la supuesta inacción del Gobierno italiano.
Contexto y proyecciones
El paro general nace en respuesta a la detención de parlamentarios italianos que viajaban en la Flotilla Global Sumud, misión humanitaria que buscaba llevar ayuda a Gaza desde aguas internacionales, frenada por Israel. Los arrestos y el bloqueo del embarque han levantado un amplio movimiento de protesta, que se ha traducido hoy en este paro nacional masivo en Italia.
El movimiento sindical y social exige una respuesta activa del Gobierno italiano en defensa de los derechos internacionales y reclama un alto al “genocidio” y a la violencia sobre la población palestina. Hoy queda claro que el conflicto en Gaza trasciende fronteras y recalienta tensiones internas en Italia.
Mientras la jornada avanza, las autoridades siguen monitoreando la situación. Se prevé que las manifestaciones continúen durante la tarde, especialmente en las ciudades portuarias y centros urbanos, donde la tensión política y social mantiene en alerta a las fuerzas del orden. Se espera que mañana se mantenga el debate intenso sobre el papel del Gobierno y la legitimidad de la protesta social en tiempos de crisis internacional.
