Donald Trump sostiene que durante y tras su mandato logró detener siete conflictos armados en diferentes partes del mundo, una declaración que ha generado escepticismo por el estado actual de varios de esos enfrentamientos. Según Axios, la Casa Blanca confirmó la lista de conflictos a los que Trump se refería y añadió un séptimo, pero la realidad muestra que muchos no están plenamente resueltos y varios continúan con episodios de violencia o tensiones no dirimidas.
Acuerdo Armenia-Azerbaiyán: ¿Paz duradera o tregua precaria?
El más reciente acuerdo de paz firmado en agosto en la Casa Blanca entre Armenia y Azerbaiyán pone fin formalmente a décadas de hostilidades intermitentes por la región del Nagorno-Karabaj, que volvió a estallar en 2023 con una ofensiva azerí que desplazó a miles. Trump calificó el tratado como un fin a la guerra y vaticinó que ambos países serán “amigos a largo plazo”. El pacto incluye la apertura de una vía de tránsito clave llamada “Trump Route for International Peace and Prosperity”, que conectará territorios fronterizos cerrados y militarizados.
Sin embargo, analistas y expertos advierten que la zona sigue siendo altamente volátil, con disputas territoriales sin una solución política profunda. En medio del reconocimiento, los líderes de Armenia y Azerbaiyán propusieron a Trump para el Premio Nobel de la Paz por este éxito, aunque el camino hacia una paz estable es todavía incierto.
Conflicto entre Congo y Ruanda: Acuerdo sin cumplimiento
En junio, República Democrática del Congo y Ruanda firmaron un acuerdo mediado en Washington que pretendía poner fin a una violencia originada en ataques transfronterizos, desplazamientos masivos y crisis humanitarias severas. Trump calificó el momento como el inicio de un “nuevo capítulo de esperanza y prosperidad”.
Sin embargo, desde entonces, han existido denuncias mutuas de violaciones con ataques y movimientos militares del ejército congoleño y el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda. La tensión permanece y la violencia no desaparece, cuestionando el alcance real de la mediación trumpista.
Intervención limitada entre Israel e Irán
Trump autorizó en junio una operación militar limitada para bombardear objetivos en Irán durante la guerra de 12 días entre Israel y el régimen iraní, con el objetivo declarado de frenar el programa nuclear iraní y detener el conflicto. Su administración colaboró luego en negociar un cese al fuego momentáneo entre Israel e Irán.
Aun así, las hostilidades entre ambos países no están cerradas y el futuro es incierto, con Israel preparándose para nuevos ataques si Irán retoma las actividades nucleares. Trump ha expresado interés en reanudar negociaciones con Irán, pero hasta ahora no ha habido avances concretos.
India y Pakistán: Cese el fuego cuestionado
El conflicto histórico en el Kashmir entre India y Pakistán nuevamente cobró tensiones en 2023 tras ataques cruzados. Trump anunció en mayo la instauración de un “cese de fuego completo e inmediato”, asegurando que la presión comercial estadounidense fue clave para la desescalada.
Pero India rechaza cualquier mediación externa sobre la disputa y niega que Trump haya negociado el cese al fuego, lo que podría haber contribuido a una reciente crisis diplomática entre Washington y Nueva Delhi.
Camboya y Tailandia firman tregua tras cinco días de combates
A fines de julio, los dos países del Sudeste Asiático acordaron en Malasia un cese el fuego incondicional luego de cinco días de enfrentamientos armados que causaron decenas de muertos y miles de desplazados. La presión estadounidense, incluida una advertencia de Trump sobre la posibilidad de suspender acuerdos comerciales, fue decisiva para la tregua.
Sin embargo, las acusaciones mutuas de violaciones al alto el fuego continuaron y la fragilidad del acuerdo es patente, evidenciando una paz aún inestable.
Conflicto por la presa en Etiopía: Sin guerra ni acuerdo definitivo
Estados Unidos considera que Trump “frenó la guerra” entre Etiopía y Egipto por el uso del Gran Renacimiento Etíope (GERD), una de las represas hidroeléctricas más grandes de África construida sobre el Nilo. Sin embargo, nunca existió un tratado de paz ni un conflicto bélico formal. La tensión se basa en el temor egipcio sobre el suministro de agua.
Durante su primer mandato, Trump intentó mediar sin éxito; Etiopía se retiró de las negociaciones y acusó al expresidente estadounidense de incitar al conflicto. Los diálogos se interrumpieron a finales de junio y la crisis permanece abierta sin perspectivas claras de solución.
Acuerdo fragmentado Kosovo-Serbia
La disputa entre Kosovo y Serbia persiste a más de 15 años de la declaración unilateral de independencia kosovar y del acuerdo económico alcanzado en Washington en 2020 con mediación estadounidense. Trump promovió un pacto de normalización económica que no resolvió las tensiones políticas y territoriales que siguen vivas.
De hecho, en junio de este año resurgieron enfrentamientos y la OTAN ha advertido a ambos países de acelerar negociaciones para evitar un conflicto mayor.
Balance de un legado ambiguo
Trump presenta sus gestiones como grandes éxitos en mediación y resolución de conflictos, pero los hechos muestran un panorama mixto. Varias de las supuestas “guerras detenidas” siguen activas o los acuerdos logrados son parciales, inestables o con violaciones frecuentes.
Las gestiones diplomáticas de la Casa Blanca incluyen una mezcla de presiones comerciales, negociaciones directas y operaciones limitadas, pero los resultados a menudo son temporales o incompletos, con regiones como el Nagorno-Karabaj, Congo-Ruanda, Kashmir o el conflicto por la presa hidroeléctrica en Etiopía aún sin resolverse realmente.
El contexto global actual en 2024, con guerras activas en Ucrania y Gaza, contradice la promesa de “paz en siete guerras en siete meses”. La propuesta de nuevos diálogos con Irán choca con la falta de avances y el temor de nuevas hostilidades. Mientras persistan esas tensiones, la “paz trumpista” será motivo de debate y escrutinio.
