Donald J. Trump ha presentado un plan detallado de 20 puntos para la gobernanza y reconstrucción de la Franja de Gaza tras las tensiones y conflictos recientes entre Israel y Hamas. El texto propone radicales cambios políticos, humanitarios y de seguridad con la intención de estabilizar la región y fomentar una paz sostenible a largo plazo.
Gobierno tecnocrático y desmilitarización total de Gaza
El plan plantea que Gaza será gobernada por un comité palestino tecnocrático y apolítico, formado por expertos palestinos y operadores internacionales, supervisados por un organismo denominado “Board of Peace”. Este órgano, presidido por Donald Trump y con participación prevista de figuras internacionales como el ex primer ministro británico Tony Blair, gestionará la transición hasta que la Autoridad Nacional Palestina pueda retomar el control tras implementar reformas estructurales. La idea es crear un gobierno eficiente y moderno, enfocado en servicios públicos y la reconstrucción.
Además, el plan establece que Hamas y otras facciones armadas no tendrán cupo ni voz en la administración de la nueva Gaza. Esto incluye la destrucción completa de infraestructuras militares, como túneles y fábricas de armas. La desmilitarización será supervisada por observadores independientes y respaldada por un programa internacional de reintegración que recompense la entrega de armas.
Intercambio de presos y liberación de ostaggi
Uno de los puntos clave es el acuerdo sobre la devolución de todos los ostaggi israelíes, vivos y fallecidos, en un plazo máximo de 72 horas tras la aceptación pública del plan por parte de Israel. Tras este paso, Israel liberará 250 presos condenados a cadena perpetua más 1700 civiles de Gaza detenidos después del 7 de octubre de 2023, incluyendo mujeres y niños.
Por cada cuerpo entregado, Israel liberará los restos de 15 ciudadanos de Gaza fallecidos. De esta manera, el plan busca equilibrar las demandas humanitarias y fortalecer la confianza entre las partes. Los miembros de Hamas que se comprometan a la paz y el desarme recibirán amnistía y podrán abandonar Gaza con garantías de seguridad.
Ayuda humanitaria y reconstrucción inmediata
En materia de ayuda, el documento exige la entrega inmediata e incondicionada de insumos y fondos para la recuperación de Gaza, respetando lo previsto en el acuerdo humanitario firmado el 19 de enero de 2025. Esto incluye la rehabilitación de infraestructura básica: agua, electricidad, alcantarillado, hospitales, panaderías y eliminación de escombros para abrir vías de transporte esenciales.
La distribución de ayuda será gestionada únicamente por la Naciones Unidas, la Mezzaluna Roja y otras instituciones internacionales neutrales, sin interferencias de las partes involucradas. El paso fronterizo de Rafah se abrirá bajo un mecanismo de control compartido para garantizar el flujo seguro de personas y mercancías.
Estrategia económica y zona especial para la recuperación
El plan Trump incluye un proyecto para desarrollar la economía de Gaza con un grupo de expertos internacionales que han trabajado en ciudades modernas del Medio Oriente. Se promoverán inversiones para crear empleo y oportunidades, basadas en propuestas ya existentes de organizaciones y países interesados en la estabilidad regional.
Se instaurará una zona económica especial con tarifas de acceso preferenciales negociadas con diversos países, incentivando así el comercio y la reconstrucción. Simultáneamente, se garantizará que nadie sea forzado a abandonar Gaza, pero quienes deseen salir podrán hacerlo libremente y regresar en cualquier momento.
Seguridad y fuerzas internacionales en Gaza
Para la seguridad, el plan prevé la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF), compuesta por tropas y agentes seleccionados por Estados Unidos junto a socios árabes, particularmente Egipto y Jordania. Esta fuerza entrenará a la policía palestina y mantendrá el control en la frontera junto a Israel y Egipto.
El objetivo es impedir la entrada de armas y facilitar un flujo rápido y seguro de ayuda y materiales de reconstrucción. Se establecerá un sistema de desconflicto operativo para evitar enfrentamientos entre las partes.
Retirada gradual de Israel y compromisos regionales
El documento es claro con respecto a la postura de Israel: no habrá anexión ni ocupación prolongada de Gaza. A medida que las fuerzas israelíes restablezcan control y orden, se irán retirando progresivamente y cediendo territorio al comité de transición, manteniendo solo un perímetro de seguridad hasta que la Franja esté protegida contra amenazas.
Los socios regionales garanticen que Hamas cumplirá con sus obligaciones y que Gaza no representará riesgo alguno para Israel, Egipto ni su propia población.
Diálogo interreligioso para cambiar narrativas y promover la paz
Finalmente, el plan promueve un diálogo de valores de tolerancia y coexistencia pacífica entre palestinos e israelíes, con la intención de modificar las narrativas de odio y violencia en ambas comunidades y destacar los beneficios concretos de vivir en paz y seguridad.
Contexto y próximos desafíos
Este plan viene en medio de una escalada larga y compleja del conflicto israelo-palestino, agravada tras la fecha clave del 7 de octubre de 2023, fecha en la que Israel intensificó operaciones militares en Gaza para neutralizar la amenaza de Hamas. La propuesta de Trump tiene un enfoque práctico y detallado que trata de abordar cuatro frentes simultáneamente: política, seguridad, ayuda humanitaria y desarrollo económico.
Sin embargo, la aceptación de Hamas y otros actores palestinos sigue siendo una gran incógnita, al igual que la reacción de la comunidad internacional y estados vecinos, donde la tensión sigue muy alta. La implementación del plan requerirá fuertes garantías multilaterales y una coordinación sino indispensable entre Israel, Estados Unidos y los países árabes, junto con organizaciones humanitarias y de derechos humanos.
Por ahora, el proceso ya ha puesto sobre la mesa una hoja de ruta clara que podría modificar el futuro inmediato de Gaza, ofreciendo un camino para la recuperación y normalización tras años de conflicto, pero también exigirá un esfuerzo político y diplomático sin precedentes para superar años de desconfianza y antagonismo.
