Un ciudadano afgano ha sido condenado a cinco años de prisión en Reino Unido tras amenazar de muerte al político Nigel Farage en un vídeo de TikTok.
Fayaz Khan, de 26 años según documentos judiciales, fue declarado culpable en el tribunal de Southwark Crown Court por hacer una amenaza de muerte. En un vídeo publicado entre el 12 y 15 de octubre de 2024, Khan aparece haciendo gestos con la mano simulando disparos, señalando un tatuaje de un AK-47 en su rostro y diciendo: “Englishman Nigel, don’t talk rubbish about me. I’m coming to England. I’m going to pop, pop, pop.”
El vídeo fue una respuesta a un post de YouTube de Farage, líder del partido Reform UK, donde criticaba a migrantes ilegales, incluyendo imágenes del viaje de Khan hacia Reino Unido. La policía logró rastrearlo vía redes sociales y lo arrestó poco después de su llegada al país.
Khan entró a Reino Unido de forma ilegal en una pequeña embarcación, usando documentos falsos ligados a su historial criminal en Suecia, donde también tiene antecedentes por delitos violentos y amenazas con armas. Según las autoridades, la falsificación de identidad no tuvo relación con ninguna solicitud de asilo, sino con su pasado delictivo.
En la sentencia, la jueza Mrs Justice Steyn subrayó que la amenaza sobrepasó el límite del simple acoso online y generó preocupación real en Farage, quien declaró ante el tribunal estar “genuinamente preocupado” por su seguridad.
“El migrante ilegal que amenazó con matarme acaba de ser declarado culpable,” reaccionó Farage en redes sociales.
La defensa alegó que Khan estaba bajo influencia de cannabis al grabar el vídeo y que no conocía la identidad del político, sosteniendo que su mensaje fue una broma sin intención real de violencia. Sin embargo, el jurado le creyó culpable por mayoría 10-2.
Además de la condena británica, Khan enfrenta cargos adicionales por pornografía infantil en Suecia, complicando aún más su situación legal internacional.
Este caso evidencia la creciente atención de la justicia británica hacia las amenazas realizadas en redes sociales, que ya no se consideran simples actos de abuso verbal, sino delitos con consecuencias penales severas.
El incidente también pone sobre la mesa debates sobre la seguridad de figuras públicas en el entorno digital y los retos que supone la presencia de delincuentes internacionales que usan plataformas globales para intimidar desde el extranjero.
