Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra, advirtió este lunes que para aprovechar el potencial de tecnologías clave como la inteligencia artificial, energías verdes y el sector espacial, el Reino Unido necesita un entorno “de inversión favorable y paciente”.
En su intervención en la Global Investment Summit en Edimburgo, Bailey destacó que estos avances tecnológicos, denominados “general purpose technologies” (GPT), podrían durar años antes de traducirse en mejoras económicas reales.
“GPT ha necesitado largos periodos de desarrollo y necesitamos una estructura que apoye este progreso paciente”, dijo.
El gobernador insistió en que el apoyo no solo debe venir de políticas públicas que mantengan el crecimiento, sino también de inversores privados e instituciones que dirijan capital a proyectos con potencial.
Bailey reconoció los recientes esfuerzos del gobierno británico para que los fondos de pensiones inviertan más en empresas nacionales como una señal clara de compromiso con la economía local. Además, mencionó que el British Business Bank está ampliando su apoyo a empresas con alto potencial que no cotizan en bolsa y que la Scottish National Investment Bank también impulsa inversiones a largo plazo.
Sobre la inteligencia artificial, Bailey pidió un balance entre optimismo y precaución, rechazando tanto el alarmismo como la sobrevaloración de esta tecnología.
“Debemos entender qué puede y qué no puede hacer la IA y enfrentar los problemas que surgen en vez de solo difundir alarma”, afirmó.
La advertencia de Bailey llega en un momento en que Reino Unido busca reforzar su posición en la carrera tecnológica global, especialmente después del impacto económico de la pandemia y la incertidumbre por el Brexit.
El economista subrayó que, aunque el progreso tecnológico puede ser lento, la inversión estratégica es crucial para evitar que el país quede rezagado frente a competidores internacionales.
No ofreció detalles concretos sobre políticas nuevas, pero sus palabras reflejan la presión sobre el gobierno para crear condiciones que incentiven un flujo constante de capital para innovación.
Con este llamado, Bailey apunta a que el Reino Unido fortalezca su ecosistema de innovación, combinando apoyo público y privado para que la próxima ola tecnológica impulse crecimiento económico sostenible.
