Apple prepara el lanzamiento de sus gafas inteligentes Apple Glass para 2027, pero un detalle clave decepciona a los fans de la realidad aumentada (AR): el dispositivo no incluiría capacidades AR completas en su primera versión.
Según fuentes y reportes recogidos por VOI y Apple Insider, Apple opta por una estrategia escalonada. El primer modelo, esperado en 2027 tras su anuncio en 2026, funcionará más como un asistente portátil que un visor AR avanzado.
El enfoque estaría en crear un diseño ligero, cómodo y con buena batería, relegando las funciones visuales inmersivas que muchos atribuían a unas gafas como las Vision Pro. Los dispositivos no mostrarían imágenes digitales integradas en las lentes para esta primera fase. En lugar de eso, Apple Glass se centraría en llamadas, fotos, comandos por Siri y notificaciones mediante señales de luz o sonido.
Así, Apple competiría más directamente con las smart glasses de Meta y las Ray-Ban, que aunque incluyen pantalla, no cuentan con la misma potencia AR que se esperaba del gigante de Cupertino. El chip interno estaría basado en tecnología derivada del Apple Watch, diseñado para eficiencia energética y tareas sencillas, sin capacidad para procesar gráficos AR en tiempo real.
La realidad aumentada completa probablemente llegará en una segunda generación, con un visor digital integrado en las lentes. Esta versión podría debutar después de 2028, según analistas, si Apple logra mejorar la tecnología de micro-pantallas y la duración de batería—los dos grandes retos técnicos para un producto ligero.
Expertos creen que Apple seguirá un modelo similar al usado con sus chips Silicon, anunciando antes un dispositivo para que los desarrolladores comiencen a adaptar aplicaciones, mientras la empresa recoge datos reales de uso que permitan pulir la experiencia.
Por ahora, la apuesta de Apple es un dispositivo de uso diario que complemente al iPhone en tareas básicas con comodidad. Queda mucho por avanzar para los fans de la AR, pero Apple se toma la transición con calma, priorizando la usabilidad frente a lanzar un producto con funciones limitadas o que no cumpla con sus estándares de calidad.
El mercado mira hacia el Reino Unido y Europa para el impacto que estas gafas podrían tener, aunque este primer paso apunta a un acercamiento prudente a la realidad aumentada.
