Los bomberos del Highlands, en Escocia, están agotados tras enfrentar el mayor número de incendios intencionados en cuatro años. Según un informe del Scottish Fire and Rescue Service (SFRS), se registraron 179 incendios provocados en la región en la primera mitad del año, un incremento del 40 % respecto a 2024.
La situación fue desvelada esta semana en una reunión del consejo local tras la visita de la concejala Morven-May MacCallum a la estación de Fortrose, quien alertó de un “claro sentimiento de agotamiento” entre los equipos. Los fuegos afectan mayoritariamente zonas boscosas y de pastizales, con 133 incendios en áreas naturales, pero también han ardido 11 viviendas.
La comandante Lynne Gow explicó que muchos incendios se deben a actividades humanas irresponsables: fogatas mal apagadas, colillas y barbacoas en condiciones secas que hacen que las llamas se propaguen rápido. Advirtió que, aunque algunos fuegos son intencionados, otros empiezan por negligencia y escapan de control.
Las zonas más afectadas son Badenoch and Strathspey con 25 incendios, Inverness Central con 19, y Wick y East Caithness con 16. La comandancia ya intensificó campañas de prevención y trabajo conjunto con Police Scotland, ayuntamientos y comunidades para educar y disuadir a jóvenes en las áreas más conflictivas.
Además de la presión de los incendios, los bomberos del norte de Highlands enfrentan escasez grave de personal. En Thurso, la estación local carece de efectivos suficientes y sus equipos deben cubrir desplazamientos de hasta 40 millas para apoyar a Tongue. Gow reconoció que la difícil contratación en áreas rurales, con poblaciones pequeñas y envejecidas, deja sobrecargados a los trabajadores actuales.
El servicio de bomberos subrayó que los incendios intencionados no sólo ponen en riesgo vidas y propiedades, sino que también desvían recursos de emergencias reales. Insistieron en pedir responsabilidad a la población para prevenir nuevos fuegos en un momento clave de sequía estacional.
Los servicios de emergencia continúan sus rondas en los puntos calientes y reforzarán la colaboración comunitaria ante un verano que, según expertos, podría ser más seco y peligroso para la región.


































