Viajeros británicos enfrentaron retrasos de hasta dos horas en el aeropuerto de Ginebra tras la entrada en vigor de los nuevos controles biométricos del sistema de entrada y salida de la UE (EES), implementados desde el 12 de octubre tras el Brexit.
El sistema exige tomar huellas dactilares y fotografías faciales a todos los pasajeros que ingresan a la zona Schengen, con datos almacenados por tres años. El despliegue será gradual, pero ya se reportan largas esperas también en aeropuertos de Lisboa, Milan, Praga y Bruselas.
Paul Moston, de 60 años, narró para The i Paper que él y su familia esperaron más de dos horas en Ginebra tras llegar desde Heathrow. Solo 10 de 17 kioscos del EES estaban operativos y cada proceso demoraba 3 a 4 minutos. Después del registro biométrico, los viajeros sufren una nueva cola para el control de pasaportes, donde solo uno de dos puestos estaba activo.
“La cola ocupaba toda la longitud de la terminal. La gente está frustrada, no hay anuncios ni información. Esto es un desastre total”, dijo Moston.
En Ginebra, además de las preguntas habituales, a los viajeros se les consulta si llevan más de 100 francos suizos y el motivo de la visita, parte del protocolo del EES. El caos sumó a pasajeros con barreras de idioma y a familias con urgencias, como una madre esperando un autobús para un viaje escolar.
En Lisboa, las filas alcanzaron 90 minutos y el director adjunto de Policía de Seguridad Pública calificó el martes como el día “más complicado en un año” por el alto volumen de pasajeros. En Tenerife South, se reportaron esperas de hasta cuatro horas el viernes, y en Bruselas las colas superaron las tres horas, con solo una parte de las máquinas en funcionamiento.
Viajeros describieron la falta de comunicación, ausencia de atención básica y largas esperas bajo el sol, lo que ha generado enojo y preocupación sobre la ampliación total del sistema prevista para el 10 de abril, que afectará todos los puntos fronterizos.
Las autoridades aeroportuarias dijeron estar apoyando en la medida de lo posible, pero el lanzamiento del EES ya muestra sus limitaciones en plena temporada alta de viaje antes de Navidad. El sistema busca reforzar el control migratorio post-Brexit, pero ha provocado uno de los mayores cuellos de botella en las fronteras europeas recientes.
