Bath recibe más de seis millones de visitantes cada año, famosa por sus termas romanas y su arquitectura clásica, pero la mayoría no llegan a Chelsea Road, una calle casi invisible para el turismo masivo.
Ubicada a unos 20 minutos del centro, Chelsea Road es un refugio para residentes y trabajadores del hospital cercano. Aquí, las tiendas son delicatessens, boutiques de segunda mano y negocios locales que dependen del público habitual, no de turistas.
Kate, propietaria de una tienda en la calle, dijo que la clientela es principalmente gente de la zona o visitantes que prefieren evitar el riesgo y coste del aparcamiento en el centro.
“No recibimos muchos turistas, la gente viene porque es más barato aparcar y está cerca”, afirmó.
Georgia, artista local, destaca la comunidad que se ha formado en esta “secret street”: “Es muy apoyadora, me encantaría vivir aquí, aunque quizá hay demasiadas cafeterías”, bromea.
Los dueños de negocios en Chelsea Road también resaltan momentos en que la comunidad demuestra su fuerza. El pasado 16 de octubre, la tienda de Ann, florista y encargada de un urban farm shop, sufrió una caída drástica de clientes debido a obras que bloquearon la visibilidad del local.
“Puse un mensaje en Instagram y la gente vino a apoyarnos, no querían que cerrásemos ese día”, relató.
Por su parte, Jon, agente inmobiliario que vende propiedades en la zona, destaca la popularidad del barrio entre familias: dos colegios, proximidad al hospital y calles planas que facilitan el acceso al centro.
Mientras Bath se llena de turistas, Chelsea Road permanece fuera del radar de la mayoría, manteniendo un ambiente tranquilo y residencial dentro de un destino turístico global.
Esta singular combinación da a Chelsea Road el apelativo no oficial de “paraíso secreto” para los locales que buscan ocio sin multitudes en plena ciudad patrimonio de la humanidad.
