El ministro de Exteriores de Montenegro, Ervin Ibrahimović, confirmó que no votó a favor de suspender temporalmente el régimen de exención de visados para ciudadanos turcos, en medio de tensiones por incidentes recientes en el país.
La medida, que generó polémica y acusaciones de racismo, ha provocado un duro debate en el Parlamento montenegrino. Diputados de la oposición, principalmente del Partido Democrático Socialista (DPS), cuestionaron la gestión del Gobierno y la falta de respuestas claras ante lo ocurrido, incluyendo “cazas” a ciudadanos turcos en Podgorica.
Abaz Dizdarević, parlamentario opositor, criticó que Montenegro lleva años sin nombrar embajadores en países vecinos clave como Albania y Bosnia y Herzegovina, y señaló que tampoco hay embajador en Alemania desde 2021, lo que para él es inaceptable dada la importancia política de Berlín.
Ibrahimović defendió que en su gestión se han nombrado ya varios embajadores, incluyendo en Serbia, Kosovo y Croacia, y prometió pronto nombramientos en Alemania, Grecia y Emiratos Árabes Unidos, además de la apertura de nuevas representaciones en Suiza y Luxemburgo. Recalcó que la designación de diplomáticos debe ser un proceso conjunto con otras instituciones del Estado y no solo una decisión ministerial.
En la sesión parlamentaria, el diputado Ivan Vuković agradeció a Ibrahimović su presencia frente a otros funcionarios que evitan las interpelaciones, y presionó para saber cómo votó el ministro sobre la suspensión del régimen sin visados para turcos, vinculando esta medida a una oleada reciente de xenofobia.
“No apoyamos la suspensión, llamé esa misma noche al primer ministro y al director de policía para buscar soluciones, porque lo que vimos fue un mensaje inaceptable de intolerancia y odio que pone en riesgo la convivencia en Montenegro.” – Ervin Ibrahimović
El ministro resaltó la importancia de la relación con Turquía, aliada en la OTAN y mayor inversionista en Montenegro con cerca de 100 millones de euros solo este año. Recordó sus recientes encuentros en Estambul con el jefe de inteligencia turco Hakan Fidan y con el presidente Recep Tayyip Erdoğan, quien mostró voluntad para resolver el conflicto y fortalecer la cooperación bilateral.
Sin embargo, Vuković insistió en que el Gobierno debe castigar a funcionarios que “avivan el odio religioso y étnico” y llamó a Ibrahimović a responsabilizar a quienes provocaron los incidentes. Señaló que el problema es que el Gobierno comparte espacios con grupos que miran con recelo a minorías como musulmanes y albaneses.
La crisis diplomática coincide con un debate más amplio sobre la plantilla de embajadores y la gestión de la política exterior en Montenegro, con acusaciones cruzadas entre Gobierno y oposición sobre falta de profesionalismo y posibles injerencias políticas en los nombramientos.
						
									































