Graham Moore, candidato del English Constitution Party, desafía en el tribunal la victoria de Reform UK en la ajustada elección parcial de Runcorn y Helsby, cuya diferencia final fue de apenas seis votos sobre Labour.
El juicio en Chester Crown Court comenzó con Moore cuestionando la legitimidad del conteo tras recibir exactamente 50 votos en esa y en otra elección en 2016, un dato que llamó “estadísticamente imposible”. Moore insinuó que podría haber fraude vinculado con el partido Labour, sugiriendo conexiones entre el oficial electoral, Stephen Young, y el alcalde Andy Burnham, al que calificó de “marxista” por sus supuestos vínculos con la organización Fabian Society.
En un momento tenso, Moore afirmó que políticos son “probablemente los más corruptos que he conocido” y acusó a Labour de manipular votos para evitar una derrota más contundente, lo que provocó aplausos de sus seguidores en la sala. El juez Martin Spencer le advirtió que no aprovechara el juicio para hacer discursos políticos.
El recuento se realizó de madrugada el 1 de mayo, y Moore asegura que vio al menos 116 papeletas con votos para él. Criticó que Labour pidiera un recuento por lotes y no voto individual, pese a que la autoridad electoral afirmó que los votos fueron revisados uno a uno.
El juicio, que debe durar tres días, se reanudará mañana. La elección fue convocada tras la renuncia del exdiputado Mike Amesbury, quien fue condenado por agredir a un votante.
La disputa plantea dudas sobre la transparencia de elecciones locales en UK y pone en entredicho los procesos del partido tradicional opositor en una contienda donde surge con fuerza una tercera fuerza política.
						
									

































