Dos adolescentes fueron sentenciados tras asesinar a un chico de 15 años en Woolwich, al sureste de Londres, en un ataque con machete ligado a la cultura de pandillas callejeras. Daejaun Campbell suplicó “tengo 15, no me dejen morir” durante la emboscada el 22 de septiembre pasado.
Imri Doue, de 18 años, fue condenado por asesinato y recibió cadena perpetua con un mínimo de 21 años. Su cómplice, Marko Balaz, 19 años, fue sentenciado a 11 años por homicidio imprudente y delitos de drogas. Ambos tienen antecedentes por porte de armas blancas.
El tribunal de Old Bailey escuchó que Daejaun fue atacado cuando pasaba cerca de una casa donde los acusados estaban presentes. El chico lanzó un cuchillo en defensa, que se rompió al impactar contra una valla metálica, pero fue apuñalado dos veces y sufrió seis cortes superficiales.
La madre de Daejaun, Joelle Taylor, acusó a los agresores de ser “cobardes patéticos” y criticó al sistema que no protegió a su hijo, a quien describió como un joven con planes para un “nuevo comienzo”. “¿Cuándo terminará esta epidemia de violencia con cuchillos?” preguntó frente al juez.
Daejaun había sido manipulado por pandillas mayores y llevaba dinero y posiblemente drogas, según las investigaciones. Su amigo y rapero aspirante, Kelyan Bokassa, 14 años, fue asesinado también con cuchillos en un ataque en Woolwich unos meses después, en enero, en un caso con similitudes pero sin relación directa.
La justicia británica ha endurecido la respuesta tras estos crímenes, con apelaciones de las familias para poner fin a los ataques con armas blancas que golpean a Londres y otras ciudades. Dos jóvenes de 16 años fueron sentenciados recientemente por el asesinato de Kelyan, con penas superiores a 15 años.
La jueza Sarah Munro KC insistió en la necesidad de frenar la violencia que ha costado “demasiadas vidas jóvenes” y señaló que Daejaun había perdido la oportunidad de dejar la delincuencia atrás.
