Dos potentes terremotos sacudieron el sur de Filipinas este viernes dejando al menos seis muertos y activando una alerta de tsunami que luego fue levantada.
El primero de los temblores tuvo una magnitud de 7.4 y ocurrió en la mañana, con epicentro a unos 43 kilómetros al este de Manay, provincia de Davao Oriental. Se produjo a una profundidad de 23 kilómetros en la falla conocida como Philippine Trench.
El sismo provocó deslizamientos de tierra, daños en hospitales y escuelas, y evacuaciones en zonas costeras ante el aviso de tsunami que finalmente no se materializó. Al menos seis personas murieron: dos pacientes sufrieron ataques cardíacos en un hospital, otros fueron alcanzados por escombros y víctimas de un deslave en un pueblo minero remoto en Pantukan, en la vecina provincia de Davao de Oro.
Horas más tarde, otro terremoto de menor intensidad ocurrió en Manay, también asociado con la falla submarina, pero con un epicentro distinto y profundidad de 10 kilómetros. El jefe del Instituto Filipino de Sismología y Vulcanología, Teresito Bacolcol, confirmó que se trató de un “terremoto doble” en la misma zona.
El presidente Ferdinand Marcos Jr declaró que se estaba evaluando el daño y preparando equipos de rescate y asistencia para actuar “cuando las condiciones sean seguras”. Este es el último golpe natural para Filipinas, que apenas se recupera de un mortal sismo a finales de septiembre y la temporada anual de tifones.
En Davao City, una metrópoli con más de 5.4 millones de habitantes, algunos edificios sufrieron grietas, incluidos el aeropuerto internacional, que permaneció operativo. Las clases fueron suspendidas en la región y cientos de personas resultaron heridas, muchas por pánico o golpes leves. Un oficial de defensa civil describió la intensidad del movimiento diciendo:
“Vi cómo el suelo temblaba y las líneas eléctricas se movían salvajemente. La gente salió corriendo de edificios y casas.”
La alerta de tsunami llegó a activar evacuaciones en seis provincias costeras, pero el Pacific Tsunami Warning Centre detectó solo pequeñas olas, que amainaron dos horas después. En Indonesia, un fenómeno similar provocó olas de hasta 17 centímetros en el norte de Sulawesi, sin daños.
Mientras tanto, otro sismo de magntud preliminar 6.0 sacudió el mar frente a Papúa Nueva Guinea sin causar daños conocidos hasta ahora, según la policía local.
Filipinas, ubicada en el Anillo de Fuego del Pacífico, sufre unos 20 terremotos y tifones cada año, lo que complica su preparación y respuesta ante desastres naturales. Las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica y movilizando recursos para la población afectada.
