Simon Cobb, fundador de la organización People Against Parental Alienation (PAPA), alerta que apartar a un niño de uno de sus padres es una forma creciente de abuso en Reino Unido, que afecta a niños, familias y la sociedad.
Cobb explica que la mayoría de los casos se dan tras separaciones o divorcios, donde uno de los padres manipula al menor para rechazar al otro, a menudo acompañado de falsas denuncias para bloquear visitas o custodia.
El activista resalta un grave problema: las autoridades y la policía británica con frecuencia no actúan frente a estos casos, y las órdenes judiciales de contacto normalmente no se cumplen.
El impacto no es solo emocional en el padre víctima. Según Cobb, la alienación fractura el núcleo familiar y genera consecuencias duraderas sobre la salud mental de los niños y la estabilidad social.
En Reino Unido, las denuncias sobre este tipo de abusos aumentan, pero la falta de protocolos claros y ayudas específicas agrava la situación. PAPA trabaja para visibilizar el problema, reclamar mayor implicación policial y cambios legales que protejan tanto a padres como a niños.
El hecho de que la alienación parental no sea reconocida oficialmente como abuso limita las herramientas para detenerla, según especialistas y organizaciones sociales. Cobb reclama que este tipo de violencia debe ser tomado tan en serio como otros abusos infantiles.
Es un asunto que toca a miles de familias británicas y que desafía a la justicia y los servicios sociales a actuar con rapidez y contundencia para proteger a los menores y evitar rupturas traumáticas que dejan secuelas para toda la vida.

































