El príncipe Andrés anunció que dejará de usar sus títulos y honores reales, incluido el de duque de York, tras una conversación con el Rey Carlos III y su familia, en un intento por cerrar un capítulo oscuro para la monarquía británica.
En un comunicado difundido por la Casa de Buckingham, Andrés explicó que “las acusaciones continuas” sobre su persona distraen del trabajo del Rey y la Familia Real. El duque, que ya se había apartado de la vida pública hace cinco años, aseguró que con el acuerdo de Su Majestad es necesario “ir un paso más allá” y renunciar al uso de sus títulos y honores.
“He decidido, como siempre, poner primero el deber hacia mi familia y mi país. Con el acuerdo de Su Majestad, siento que debo dar este paso”
A pesar de la decisión, Andrés conservará legalmente el título de príncipe, el cual posee desde su nacimiento, y el ducado seguirá en su nombre, ya que sólo puede ser revocado mediante una ley del Parlamento. Tampoco afectará a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, quienes mantendrán sus títulos de princesa.
Sarah, la exesposa del príncipe y duquesa de York, que se separó hace más de 30 años pero sigue siendo su aliada cercana, retomará su apellido de soltera, Ferguson.
Andrés además abandonará sus honores como Caballero Gran Cruz de la Orden Victoriana Real y Caballero de la Orden de la Jarretera, dos reconocimientos que tampoco podrá usar más públicamente.
Esta decisión llega justo antes de la publicación del libro de memorias de Virginia Giuffre, la mujer que acusó a Andrés de abuso sexual y con quien llegó a un acuerdo millonario para cerrar una demanda civil. Giuffre falleció en abril a los 41 años.
El escándalo explotó después de que Andrés fuera cuestionado en 2019 por su amistad con el multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein, condenado por tráfico sexual de menores. En una entrevista histórica con la BBC, Andrés defendió su relación con Epstein, afirmando que no se arrepentía de haberle conocido, lo que generó un fuerte rechazo público y llevó a su retirada de actos oficiales de la corona.
El príncipe mantiene su versión de no haber tenido conocimiento o memoria de los encuentros con Giuffre, cuya acusación fue central en la caída de Epstein, muerto en prisión a la espera de juicio por tráfico sexual.
Andrés fue asimismo despojado por la reina Isabel II, en los últimos años de su reinado, de sus cargos honoríficos militares y roles oficiales dentro de la monarquía, marcando un distanciamiento total en la esfera pública real.
El Palacio de Buckingham señala que el Rey y el Príncipe de Gales, Carlos y Guillermo respectivamente, participaron en las conversaciones que culminaron en la medida con la esperanza de zanjar la polémica que ha puesto a la Familia Real bajo presiones internacionales y mediáticas constantes.
En diciembre pasado, un tribunal británico reveló que un supuesto espía chino, expulsado del Reino Unido, había tenido vínculos cercanos con Andrés, añadiendo más controversia a su figura.
Con este nuevo paso, Andrés cierra un ciclo tras años de acusaciones y enfrentamientos legales que han dañado la reputación de la monarquía en Europa y más allá.
