La campaña electoral en Países Bajos está marcada por debates sobre el impacto económico de la inmigración, pero las cifras difundidas suelen ser exageradas o mal interpretadas.
La comentarista de la derecha Eva Vlaardingerbroek afirmó en la red X que cada inmigrante no occidental cuesta al Estado neerlandés alrededor de €600,000. Esa cifra, sin embargo, dista mucho de la realidad, según varios expertos consultados tras un informe del economista Jan van de Beek.
El estudio de Van de Beek desglosa el impacto fiscal de los inmigrantes según su motivo de llegada. Los trabajadores inmigrantes generan un impacto fiscal neto positivo de más de €100,000 durante su vida laboral. En contraste, solicitantes de asilo y familiares vienen con un impacto negativo, que puede llegar a €400,000 para asilados y €200,000 para reunificación familiar.
Eso sí, los expertos advierten que ni esas cifras deben tomarse al pie de la letra ni usarse para demonizar grupos. El profesor Jan Willem Gunning y colegas de la Vrije Universiteit Amsterdam y Erasmus University Rotterdam critican que la evaluación de costos públicos de Van de Beek incluye servicios que no dependen del tamaño poblacional, como defensa o protección contra inundaciones.
“Los costes que aumentan realmente con la población deben calcularse mejor. Así, el verdadero coste anual de la migración en 2016 queda en torno a €8,4 mil millones, menos del 1% del PIB neerlandés”,
explicó Gunning.
Además, la carga fiscal inicial de algunos inmigrantes disminuye con el tiempo. Según Casper de Vries, economista en Erasmus, los migrantes mejoran su educación y empleo a largo plazo, pasando a ser contribuyentes netos positivos.
El historiador y experto en migración Leo Lucassen, de la Universidad de Leiden, afirma que la integración funciona: “Los asilados empiezan consumiendo más recursos porque no pueden trabajar al principio, pero una vez regulados aportan.”
El Ministerio neerlandés de Asilo confirma que el coste diario por asilado ronda €71, y que el presupuesto de 2025 para recepción y admisión de extranjeros es de €9.48 mil millones, menos del 1% del PIB nacional.
Contra la idea de que el sistema de bienestar está al borde del colapso, Lucassen concluye:
“El Estado de bienestar neerlandés ha resistido décadas con flujo migratorio constante. No hay indicios de que no pueda seguir haciéndolo.”
Con la elección general a la vuelta de la esquina, las cifras muestran que debatiendo sin datos sólidos se corre el riesgo de alimentar prejuicios y tensiones sociales injustificadas.
































